Tuve la gran suerte el pasado viernes de acudir al municipio de Güimar a presenciar el encuentro de Tercera entre Atlético Unión Güimar y Santa Úrsula. Me marché con bastante peor sensación de la que llegué, una sensación como la noche que hacía, fría. Llegué al campo con la ilusión de ver un buen partido y de estrenar con ello una nueva temporada en el fútbol regional que tanto admiro, pero la primera mala sensación llegó justo en el acceso donde las autoridades desalojaban a los pocos espectadores que había en el campo, ya que una orden del Gobierno de Canarias prohibía público.
“El fútbol sin público no tiene sentido”
A todas estas, quedamos en la grada unas diez personas entre directivos, técnicos y prensa. Comenzó el partido y ni el gol tempranero ni el juego ni las ocasiones consiguieron cambiarme aquella sensación de frialdad, el fútbol sin público no tiene sentido. Iban pasando los minutos y me miraba con los compañeros de prensa sin articular palabra pero diciéndonos con la mirada que no podía ser real lo que estábamos viviendo. Me marché y no creía haber visto un partido siquiera de pretemporada, me pareció ver una obra de ficción con balón de por medio. Creí haber visto un partido de la Play o la Xbox, uno de esos que se volvieron tan famosos durante el confinamiento gracias al bueno de Ibai Llanos.
“Creo que ví un partido de la play”
Es evidente que ahora lo primordial es la salud y acabar con este virus, que tan fuerte nos está atacando, lo antes posible. Y es trabajo de todos hacerlo, con responsabilidad y buena consciencia. Pero también creo que lo que tiene que ser una diversión y motivo de alegría no lo está siendo. Bastante hay con lo que hay. Toca resistir y ser responsables.
Que pena, ojalá esto cambie pronto.