La Primera Federación solo se la puede llevar un equipo que crea hasta el final, que base su proceder en la ética de trabajo y que mantenga intacta su fe y sus posibilidades. Cada jornada en la categoría de bronce es un motivo para sufrir un infarto, y los últimos en experimentarlo han sido los aficionados del Nàstic de Tarragona, que han salido muy contentos de Las Llanas.
en esta división ir primero suele ser un espejismo porque la igualdad es tremenda
El empate en el derbi leonés le abría un abanico de posibilidades a los catalanes. Los chicos de Dani Vidal no destacan por su regularidad, sin embargo, llevaban un tiempo siendo los más fiables del Grupo I, y fruto de esto recuperaron un liderato que también les perteneció al principio del curso. Eso sí, en esta división ir primero suele ser un espejismo porque la igualdad es tremenda.
Con todo este contexto llegaban los tarraconenses al duelo frente al Sestao River, en un choque donde para los vascos ganar significaba acercarse de forma evidente a la salvación. Para ser justos, lo tuvieron realmente cerca, pero la grada de Las Llanaas vio cómo en el minuto 91 un gol de Óscar Sanz devolvía las tablas al luminoso y repartía un punto para cada equipo.
En el seno del Nàstic son muy conscientes de que este tipo de goles son los que terminan dando un ascenso. Gracias a este empate pueden mantenerse una semana más como líderes en solitario, pero también cabe tener en cuenta que el RC Deportivo viene por detrás como un tiro. Si los catalanes quieren alzarse con el título al final de la campaña han de sumar más victorias.
La próxima jornada, los pupilos de Dani Vidal recibirán al CD Teruel en una oportunidad fantástica para volver a sumar tres puntos, ya que los aragoneses son los colistas del grupo. Mientras tanto, el talento y la valentía de Óscar Sanz han sido cruciales para no volverse de vacío del País Vasco y seguir, una semana más, como líderes del Grupo I de Primera RFEF.