Castellonense y Atlético Saguntino han dado este fin de semana un golpe sobre la mesa. Mientras la zona alta llevaba semanas comprimida como un acordeón —con cinco equipos separados por apenas un par de puntos—, la jornada 12 ha ensanchado el camino y ha dejado claro que, a día de hoy, el pulso por el liderato tiene dos protagonistas muy definidos.
El Castellonense, intratable, encadenó su novena victoria consecutiva con un 0–2 de enorme autoridad en el Camilo Cano ante La Nucía. Los de Iñaki Rodríguez alcanzan los 29 puntos, lideran en solitario y transmiten una sensación de solidez casi voraz. En un grupo tan igualado, mantener esa racha durante más de dos meses es una anomalía estadística… y una declaración de intenciones.
Un punto por detrás, el Atlético Saguntino tampoco falló. El 0–1 en San Vicente ante el Jove Español eleva a los romanos hasta los 28 puntos, asentados en la segunda posición y manteniendo el ritmo del líder. El conjunto de Guillem Beltrán ha sabido sobrevivir a partidos exigentes, imponiendo madurez en el juego y acierto en los momentos determinantes.
El contexto perfecto: los tropiezos del resto de aspirantes
Las victorias de los dos primeros han coincidido con un frenazo generalizado de sus perseguidores directos:
• Villarreal C, que llegó a amenazar el liderato hace apenas tres semanas, acumula dos derrotas seguidas: 3–2 ante el Saguntino y 0–1 ante el Ontinyent 1931.
• AC Torrellano, que firmó un arranque arrollador e invicto, solo ha ganado uno de sus últimos seis partidos, y la llegada de Jorge Perona aún no ha revertido la dinámica.
• Atlético Levante, que venía con mucha fuerza, no pasó del 0–0 frente al Buñol.
El efecto es claro: Castellonense y Saguntino ya han abierto un hueco real, no definitivo, pero sí significativo, respecto a un grupo perseguidor que ha bajado el ritmo.
Un parón que lo congela todo… antes de dos partidos de trampa
Ahora llega el parón liguero, una pausa que puede sentar bien o mal según el prisma. Castellonense y Saguntino aterrizan en él cargados de confianza, pero también con el vértigo de saber que lo que viene después no permite pestañear.
El Castellonense recibirá al Villarreal C en l’Almenà, un equipo herido que, pese a las dos derrotas seguidas, mantiene un potencial ofensivo enorme.
El Saguntino, por su parte, se medirá en casa a un Ontinyent 1931 lanzado: ocho jornadas consecutivas sin perder y con una estructura defensiva que está siendo de las más fiables del campeonato. Dos exámenes de nivel que pueden consolidar la fuga… o volver a apretar el grupo.
