No pudo ser. Al menos al primer intento. El Castellón claudicó en la tanda de penaltis ante el Logroñés. Rubén Miño atajó los lanzamientos de Gálvez y César Díaz y antes Rubén Díez envió fuera el suyo. Previamente, Lapeña avanzó a los orelluts en el marcadoral cuarto de hora del encuentro, pero Andy empató a siete minutos de la conclusión de penalti.
El técnico albinegro salió a disputar la gran final por el ascenso con un 4-4-2, con Álvaro Campos en portería; Muguruza en el lateral derecho, Satrústegui en el flanco izquierdo de la defensa, y Lapeña y Gálvez en el eje de la zaga. En el centro del campo Carles Salvador y Rubén Díez ocuparon el doble pivote, mientras que Jorge Fernández y Víctor García partieron desde la banda derecha e izquierda respectivamente. La dupla ofensiva la protagonizó el dúo del gol orellut, César Díaz y Juanto Ortuño. Desde el primer minuto se vio que iba a ser un duelo sin reservas, ambos conjuntos pugnaron por cada balón como si les fuera la vida en ello, no podía ser de otro modo. Los albinegros se mostraron serios desde el comienzo y llevaron la voz cantante en los primeros minutos, pero la primera ocasión la firmó el cuadro riojano, con un escorado disparo del atacante Ander Herrera, que rechazó de forma providencial el meta Álvaro Campos.
Sin embargo, la respuesta albinegra no se hizo esperar, aunque fue menos clarividente, Muguruza colgó un centro desde la banda derecha y Juanto remató desviado con la testa. El Logroñés se fue creciendo con el paso de los minutos pero fue entonces cuando el Castellón golpeó a su rival. Víctor García ejecutó un saque de esquina desde el costado zurdo y Lapeña, con una perfecto remate de cabeza en el corazón del área, avanzó en el marcador al campeón del grupo III. El cuadro orellut se sintió más cómodo con la ventaja en el electrónico y buscó el segundo tanto en sendas acciones de Juanto, por su parte, el Logroñés pudo tener una opción clarividente ante Álvaro Campos de no ser por una acción magistral de Gálvez, que le rebañó la bola a Zelu cuando este último lo tenía todo a favor.
Tras el parón para el refrigerio el conjunto de La Rioja llegó al área con cierto peligro, en especial en acciones a baló parado, la más clara tras un saque de esquina que abortó en dos tiempos el arquero Álvaro Campos. Pero el tiempo corría a favor de un Castellón que destacó por su intensidad, elevada a la máxima exponencia pasada la media hora de juego, cuando Víctor García y Juanto recibieron sendas cartulinas amarillas en cuestión de dos minutos. No había tiempo para la relajación, así lo entendía Óscar Cano, que se desgañitaba desde el área técnica corrigiendo algunos detalles a su equipo.
En la reanudación el Logroñés puso una marcha más y dificultó la salida de balón al conjunto de Óscar Cano, pero ello no se tradujo en ocasiones claras de gol. La zaga albinegra se mostró muy seria y serena y en el centro del campo Carles Salvador, siempre clave en la medular, sostuvo al equipo en la zona ancha. El técnico rojiblanco tuvo que revolucionar a su equipo con la entrada de Rubén y David. Lo cierto es que la escuadra de Logroño intentó buscar el empate, en especial con una acción de Ander Vitoria que no tuvo mayor trascendencia. La decoración era favorable al Castellón, más todavía con cada minuto que pasaba, los discípulos de Óscar Cano tocaban el balón con fluidez, con comodidad, buscando la opción de marcar el segundo y poner tierra de por medio.
Y en esa tesitura Juanto Ortuño tuvo el segundo tanto en sus botas tras una gran cabalgada de Javi Serra, que salió al terreno de juego por Víctor García, el valenciano asistió al atacante pero el cuero se le escurrió sin poder rematar en el área pequeña. Pero la oportunidad más clara del partido hasta ese momento la tuvo el Logroñés, con un trallazo de Rubén ante el que poco pudo hacer el portero Álvaro Campos, pero el cuero se estrelló en el larguero y botó en la línea de gol, aunque los riojanos protestaron un posible gol fantasma. El partido encaraba la recta final, el Castellón descontaba los minutos para materializar el ascenso, pero a ocho minutos de la conclusión el colegiado sancionaba una falta de Muguruza sobre Vitoria en el interior del área, penalti. Andy engañó a Álvaro Campos. Todo volvía a empezar y lo hacía en el minuto 83.
Pero la mala noticia estuvo acompañada poco después por una relativamente positiva, el Logroñés se quedaba con diez jugadores debido a la expulsión del Siddiki, que realizó una falta incomprensible en el centro del campo. En los últimos minutos, con ventaja sobre el rectángulo de juego, saltaron las pizarras por los aires y el balón llegó a ambas áreas, mucho más en la rojiblanca, pero con poca clarividencia para desestabilizar de nuevo las tablas. Tanto Juanto como César Díaz intentaron conectar centros desde la banda pero en ninguno de ellos lograron poner en aprietos al cancerbero Rubén Miño. Con el empate en el marcador y sin solución de continuidad el partido solo tenía un desenlace, la prórroga.
El equipo de Óscar Cano mantuvo en la prórroga el mismo esquema con el que terminó la segunda mitad, con tres centrales y Muguruza y Javi Serra como carrileros, por su parte, la escuadra riojana, con diez jugadores, incorporó a Santos, que entró por Zelu, y pasó a jugar con defensa de cinco. Pero la inferioridad numérica en el terreno de juego no se apreció en la práctica, de hecho el Logroñés se aproximó en más de una ocasión al área albinegra mientras que un voluntarioso Castellón buscaba el gol trenzando e hilvanando jugadas que se perdían en la zona de tres cuartos de campo. En este contexto Cano dio entrada a Alcaina por Juanto para revolucionar el ataque orellut. Pasaban los minutos y cada vez más los riojanos apostaban por mantenerse bien pétreos tanto en defensa como en el centro del campo en lugar de atacar, y además hacerlo a la contra.
El técnico albinegro metió a Íñigo Muñoz por Lapeña y modificó el sistema del equipo, pasando a jugar con un 4-4-2, con Javi Serra en el flanco izquierdo de la zaga, Muguruza en el derecho y Rubén Díez e Íñigo por bandas. Le quedaba un cuarto de hora a un Castellón que lo había tenido muy cerca, a tan solo siete minutos. Delante había un muro, con cinco defensas y un trivote en el centro del campo. Pero había toque de corneta albinegro, de hecho, todas las ofensivas, de mayor o menor importancia, eran castellonenses, en una de ellas la ocasión fue doble, la primera de Rubén Díez, y la segunda de Íñigo en el segundo palo, pero ambos se encontraron con el meta Rubén Miño. Poco después la tuvo Gálvez tras una falta colgada por Rubén Díez, pero el cuero se marchó alto. Y continuaron las acometidas albinegras con un derechazo de Alcaina que se marchó al lateral de la red. Pero la presencia ofensiva fue menguando con el paso de los minutos, mientras Cano no se decidió a poner más madera introduciendo a Cubillas, el cansancio hacía mella en un equipo que no podía con un Logroñés que aguantó estoicamente.
En la lotería los penaltis Rubén Díez, Gálvez y César Díaz fallaron el suyo, sí acertaron Muguruza e Íñigo y Álvaro Campos atajó ante Petcoff, pero no fue suficiente. Gorka, Iñaki y Andy sí que materializaron y la última pena máxima, del mencionado César Díaz, la paró Rubén Miño. El ascenso del Castellón tendrá que esperar, el campeonato da una segunda opción a los de Óscar Cano, ahora ya sin red, que deberán superar el jueves un nuevo partido para plantarse en otra final el próximo fin de semana. El rival saldrá del sorteo que se realizará este lunes. Sí, se puede.
Penaltis: Muguruza, gol, 1-0; Gorka, gol, 1-1; Íñigo, gol, 2-1; Iñaki, gol, 2-2; Rubén Díez, fuera, 2-2; Andy, gol, 2-3; Gálvez, paró Rubén Miño, 2-3; Petcoff, paró Álvaro Campos, 2-3; César Díaz, paró Rubén Miño.
