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CD Soneja, de la regional a Tercera Federación

Ramón Llopis

Ramón Llopis, en el banquillo del Soneja en la final de La Nostra Copa 2023.

El Club Deportivo Soneja, fundado en 1928 en la localidad castellonense de Soneja (Alto Palancia), es hoy uno de los referentes modestos del fútbol valenciano. El equipo disputa sus partidos en el Campo El Arco —1.000 espectadores— y milita en el Grupo 6 de Tercera Federación, categoría a la que accedió en 2023 tras décadas compitiendo en el fútbol regional. Su historia combina arraigo de pueblo, gestión paciente y una escalada reciente que ha transformado al club.

De la regional humilde al salto de categoría

Durante gran parte del siglo XX, el Soneja transitó por las divisiones regionales, con pasos por Segunda y Primera Regional en ciclos de ascensos y descensos. El punto de inflexión llegó en 2019, cuando el primer equipo firmó un título rotundo en Primera Regional y se estrenó en Preferente, un hito inédito hasta entonces para la entidad. Aquel impulso deportivo consolidó una línea de crecimiento que, pese al parón pandémico y temporadas de ajuste, mantuvo al club en la pelea por objetivos ambiciosos.

Un proyecto que suma pueblo, empresa y ayuntamiento

El despegue reciente no se entiende sin la suma de apoyos locales. La empresa Pallets Castillo se convirtió en sostén clave del proyecto, mientras el Ayuntamiento acometió en 2019 la remodelación del terreno de juego de El Arco (sustitución de césped natural por artificial, inversión municipal de 359.370 €). En 2022, durante las obras, el primer equipo llegó a competir en el campo Sisterre de Segorbe, ejemplo de cómo el entorno arropó a la entidad para no perder ritmo competitivo ni arraigo.

2023: llegada a Tercera y consolidación competitiva

En junio de 2023 se confirmó la presencia del Soneja en Tercera Federación dentro del marco de la reordenación de la categoría. Desde entonces, el club ha competido con solvencia en el Grupo 6, con permanencias trabajadas y sesiones de aprendizaje propias del salto a la quinta categoría. Paralelamente, el Soneja ha sabido proyectarse en el escaparate autonómico con su participación en La Nostra Copa, un torneo que ha alimentado la ilusión del municipio de 1.500 habitantes y ha acercado a la entidad a la previa de la Copa del Rey.

La fábrica de ilusión: escuela, identidad y proximidad

El crecimiento del primer equipo ha ido acompañado de una escuela cada vez más estructurada, con equipos de fútbol-8 y fútbol-11 —incluido impulso al fútbol femenino— coordinados por técnicos de la casa. La idea matriz ha sido formar y retener talento comarcal, tejiendo red con Segorbe y otras poblaciones cercanas. Esa base ha sostenido la asistencia a El Arco, donde los días de partido se han convertido en un punto de encuentro social que trasciende lo estrictamente deportivo.

Vocación competitiva y proyección de nombres propios

En lo deportivo, el Soneja ha combinado plantillas con oficio —capaces de competir en Preferente y Tercera— con la aparición de protagonistas que han dado visibilidad al club. Entre ellos, el guardameta Aitor Embela, internacional por Guinea Ecuatorial, cuya presencia en convocatorias africanas ha conectado El Arco con el fútbol de selecciones. A lo largo del camino, la entidad también ha sabido atraer perfiles de experiencia contrastada en categorías superiores, siempre dentro de una estructura modesta y sostenible.

Un futuro apoyado en la estabilidad

El Soneja de hoy se explica por pequeñas decisiones bien ensambladas: saneamiento institucional, apoyo privado estable, inversión pública en instalaciones y una comunidad volcada. Con ese andamiaje, el club encara su futuro inmediato en Tercera Federación con ambición prudente: crecer desde la permanencia, fortalecer la cantera y seguir alimentando el vínculo que une al equipo con su gente. Porque, en Soneja, la historia se escribe partido a partido, pero siempre desde El Arco y con el pueblo como motor.

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