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Carlos Ferrero, galardonado como campeón de España

Fuente: FFCV

El reconocimiento no apareció de repente. Llegó tras años de trabajo silencioso, de constancia y de una vocación que ha acompañado a Carlos Ferrero desde niño. El entrenador valenciano, natural de Anna, de 35 años, ha sido galardonado por la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana (FFCV) por haber conquistado el Campeonato de España de centros penitenciarios al frente de la selección autonómica. Un título tan singular como revelador del perfil de un técnico que, lejos de acomodarse, ha convertido cada paso en una oportunidad para crecer.

El premio se entregó en el Día del Entrenador, celebrado en el CaixaForum de València, donde la FFCV distinguió a quienes habían logrado títulos nacionales durante la temporada. Ferrero recibió el galardón con la naturalidad de quien aún se siente sorprendido por el camino recorrido. «Es muy complicado quedar campeón de España en cualquier modalidad», recordaba. Aquella experiencia —la primera de su carrera en un centro penitenciario— no solo le abrió una puerta inesperada, sino que reforzó su convicción en el poder transformador del deporte.

Un reto improbable convertido en éxito

El encargo llegó meses atrás, cuando el presidente de la FFCV, Salvador Gomar, le propuso asumir la dirección del combinado penitenciario con sede en Villena. Ferrero aceptó sin reservas. Su relación con ese vestuario, formado por reclusos con permisos terapéuticos, le cambió la mirada: el fútbol como herramienta de integración, como válvula de escape, como estímulo para reconstruir rutinas.

La aventura culminó en Las Rozas, donde la selección valenciana se proclamó campeona de España bajo el respaldo simbólico del seleccionador nacional, Luis de la Fuente, y varios jugadores internacionales que compartieron jornada con el equipo. «Nos sentimos profesionales», recuerda el técnico, que aún subraya lo “bonito” de aquella convivencia deportiva.

De La Canal de Navarrés al corazón del proyecto Valenta

El galardón lo recibe Ferrero en pleno cambio de etapa. Tras trece años al frente de la escuela formativa de La Canal de Navarrés, cerró ese ciclo en 2024 para incorporarse a la estructura técnica de la FFCV. Su desembarco en el proyecto Valenta —el área encargada del impulso del fútbol femenino en la Comunitat Valenciana— ha sido inmediato y profundo.

Forma parte del bloque de fomento y promoción, un equipo coordinado por José Andrés Menchero «Menchi», cuyo liderazgo ha convertido al programa en una referencia estatal. Valenta, creado en 2018, ha impulsado un crecimiento sin precedentes: un aumento del 129 % en las licencias, una ampliación de tres a siete categorías femeninas y más de 600 clínics realizados en centros educativos y clubes. La Comunitat Valenciana es, además, la territorial con más sedes del programa UEFA Playmakers, destinado a niñas de entre 5 y 8 años.

Un proyecto que redefine el mapa del fútbol femenino

Valenta se ha consolidado como un movimiento que ha cambiado el paisaje del fútbol femenino valenciano. La creación de nuevas categorías, la multiplicación por cinco de los equipos de base y la aparición de referentes para las más jóvenes forman parte de una estructura que trabaja por equilibrar oportunidades y dar visibilidad al talento emergente. En ese engranaje se integra ahora Ferrero, cuya trayectoria encaja en la filosofía del área.

El futuro que se abre

El premio como campeón de España no es para Ferrero un punto final, sino una estación de paso. Él mismo lo resume con sencillez: «Es un sueño que me acompañará toda la vida». Su presente inmediato está ahora ligado a un proyecto que crece a gran velocidad y que necesita perfiles como el suyo: técnicos capaces de acompañar un cambio estructural, con sensibilidad pedagógica y ambición deportiva.

En un ámbito en plena transformación, el reconocimiento de la FFCV no solo subraya el mérito de un torneo ganado en Las Rozas. Señala, sobre todo, el potencial de un entrenador que ha convertido la combinación de servicio público, formación y compromiso social en la base sólida de su carrera. Y que ahora, desde Valenta, continúa ampliando un camino que comenzó en un pequeño pueblo de 2.600 habitantes y que tiene todavía muchos capítulos por escribir.

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