El jugador centroafricano del Valencia CF, Geoffrey Kondogbia se despachó a gusto el pasado jueves por la noche contra el presidente del Valencia CF, Anil Murthy, al que le llamó mentiroso en su perfil de Instagram al entender que había faltado a su palabra, la que le dio al jugador sólo siete días antes en una reunión cara a cara en la ciudad deportiva de Paterna. Allí, el presidente del club le aseguró que si el Atlético alcanzaba «los números» que el Valencia CF pedía por él le dejarían marchar pese a que el mercado ya se había cerrado y el club en caso de acordar su salida no podría fichar hasta enero.
El Valencia CF pedía 20 millones de euros por Kondogbia y el Atlético inicialmente solicitaba una cesión con opción de compra. Sin embargo, la necesidad de reforzarse de los colchoneros y presión de Simeone, que pese a negarlo públicamente ha hablado en varias ocasiones con Kondogbia, hicieron que durante la pasada semana el director deportitvo del Atlético, Andrea Berta, fuera subiendo las condiciones de la oferta y avanzando la negociación directa con Anil Murthy. El asiático mantuvo la negociación viva hasta el miércoles noche que fue el momento en el que los rojiblancos alcanzaron la petición inicial del Valencia CF. Pagaban tres millones por la cesión, y además se comprometían a una opción de compra condicionada de unos 13 millones de euros si el jugador jugaba un número de partidos muy asequible y varios millones más en bonus. Entonces el Valencia CF, declinó la oferta.
Ese fue el motivo del cabreo de Kondogbia que representó en las redes sociales de una manera que nadie esperaba, ni siquiera sus propios compañeros de vestuario. El futbolista que durante la semana no había entrenado aludiendo unos problemas en el talón, ni siquiera fue incluido en la lista para Villarreal y el club le echó un cable al centrocampista haciendo oficial un parte médico que afirmaba que Kondogbia sufría molestias en el talón. Esa dolencia que el club hizo pública para no agravar más la situación y para dar una explicación oficial sobre la ausencia del jugador en todos los entrenamientos desde el pasado 9 de octubre, es algo que el valencianismo no cree porque está convencido de que el jugador está ‘fingiendo’ la lesión para forzar su salida.
El jugador quiere marcharse pero ahora mismo la situación está bloqueada y él no entrena desde el día 9 de octubre
Ahora, a falta de tres días para un nuevo compromiso liguero del Valencia CF, con la visita del viernes al Martínez Valero de Elche, la situación sigue abierta porque la idea del jugador sigue siendo la misma, la de marcharse al Atlético de Madrid antes del día cinco de noviembre que es cuando se le acabará el plazo de fichajes al club rojiblanco, porque se cumplirá un mes de que el Arsenal le pagó la cláusula de Thomas. Esa idea choca frontalmente con el interés de Javi Gracia y del equipo que necesita como el comer al centrocampista centroafricano, porque ante la ausencia de fichajes y las salidas de Coquelin y Parejo es el mejor mediocentro que tiene el técnico.
El jugador no entrenó este lunes y está por ver que ocurrirá en la sesión de este martes, pero la realidad es que su cabeza está fuera. Se siente engañado y no quiere seguir en el club. Si no es ahora, tiene claro que en el mes de enero se marchará a otro club cuando se abra la ventana de fichajes. El Valencia CF confía en que Javi Gracia pueda reconducir la situación convenciendo al jugador de lo importante que es, pero el problema es el de siempre, Gracia está sólo ante estas situaciones porque no hay nadie en la entidad que pueda ayudar a solucionar el problema. Corona no existe porque no tiene mando y eso el vestuario lo sabe, y el presidente, Anil Murthy, no tiene ninguna credibilidad ante el jugador y la relación está rota.
El Atlético sigue merodeando al futbolista y con el interés de llevárselo pero no tiene intención se subir la propuesta por el jugador y en principio no parece que el Valencia CF vaya a decir sí a la propuesta que la semana pasada declinó, después de haber negociado varios días con la confianza de cerrar la salida del futbolista. Nadie puede garantizar que pasará en los próximos días, pero lo que es evidente es que el jugador tiene la cabeza fuera de un equipo que le necesita.
