No hay noticias Valencia CF buenas. El equipo ché anda bordeando los puestos de descenso desde hace varios meses porque los resultados son paupérrimos y porque el equipo se ha plantado en la jornada 26 de la Liga sin haber sido capaz de enlazar dos victorias seguidas que le den el aire necesario para poder ver con tranquilidad el futuro.
El sábado después de haber conseguido una victoria in extremis la semana anterior ante el Celta, los de Javi Gracia volvieron a dar una imagen malísima en el Coliseum ante el Getafe y terminaron goleados por el equipo madrileño. El partido pudo haber cambiado si el colegiado y el VAR hubieran querido revisar la acción de Cabaco sobre Wass que hubiera dejado a los valencianistas con un hombre más sobre el campo por la bestial entrada del uuguayo que no fue ni falta y que era tarjeta roja directa.
Sin embargo, la no expulsión de Cabaco no es argumento suficiente para justificar una derrota de uyn equipo que ni siquiera se acercó por la portería rival y que volvió a cometer innumerables errores defensivos unidos a algunas actitudes de determinados jugadores que hicieron que los adulones terminaran jugando a placer casi toda la segunda mitad.
La derrota en Getafe ha dejado al Valencia un punto más cerca de los puestos de descenso y ahora la distancia sobre esas fatídicas posiciones es de cinco puntos. Sin embargo, lo más preocupante es que el equipo no va y la sensación que da es que el entrenador ha perdido absolutamente el control de la situación. Gabriel Paulista, uno de los capitanes, protagonizó una de las imágenes de al temporada al ponerse a llorar delante de las cámaras de Movistar La Liga cuando finalizó el partido al ser preguntado porque un equipo que habitualmente pelea por Champions ahora estaba en la pelea por eludir el descenso.
incluso en el vestuario llama la atención la falta de toma de decisiones porque dentro si ven el riesgo real de descender a segunda
El vestuario lleva sufriendo muchas semanas y no por el entrenador. Todo el mundo sabe que el entrenador se quiso ir y que incluso le harían un favor si le finiquitan porque no se siente cómodo en la entidad. Su relación con el presidente es inexistente, más allá de la estrictamente obligatoria y exactamente lo mismo con el asesor deportivo del presidente, Miguel Ángel Corona. Ahora bien, pese a que la situación es casi insostenible con el técnico, desde Meriton han preferido ir aguantando el tirón mientras el equipo no ha caído al descenso con tal de ahorrarse los tres millones de euros que costaría despedir a Javi Gracia.
Meriton tuvo la opción de dejarle marchar en octubre sin haber pagado ni un céntimo, pero una de esas decisiones incomprensibles del máximo accionista, Peter Lim, que fue contra natura y decidió obligar al técnico a quedarse o a pagar la penalización de romper su contrato, le está pesando toda la temporada. Ahora, Gracia no dimite y espera paciente que le finiquiten porque sabe que su tiempo en el club tiene caducidad máxima el final de temporada, donde la entidad puede rescindir el contrato pagando una cantidad pequeña que no sería el segundo año de contrato.
Ese bordear los puestos de descenso y no tomar decisiones es algo que llama la atención incluso dentro del vestuario. Los jugadores son los primeros que saben que cuando los resultados no se dan, se cambia al entrenador y el miedo se ha apoderado de una buena parte de ese vestuario y sí sienten un riesgo real de descenso. Sin embargo, el Valencia CF se ha convertido en un club tan atípico que a los jugadores ya no les sorprende nada porque saben que ahora mismo el Valencia CF no es un club normal.
Por eso, Javi Gracia sigue siendo el entrenador del Valencia CF. El presidente, Anil Kumar Murthy, regresó este domingo desde Singapur donde ha visitado a Peter Lim. En principio plan sigue siendo el mismo de la semana anterior. Aguantar al técnico hasta el final de temporada pero eso choca con la situación del equipo, que ahora tiene dos partidos complicados contra Villarreal y Levante. De momento, Meriton quiere seguir arriesgando.
