La delicada situación económica que atraviesa el conjunto del Baix Maestrat ha desembocado en una semana convulsa en la que ha llegado a peligrar el partido de mañana frente al Burriana.
Se juega. La directiva y la plantilla del Vinaròs llegaron ayer a un principio de acuerdo para que mañana el equipo salte al césped del Llombai de Burriana en busca de defender el liderato conseguido hace varias jornadas y que ahora corre peligro debido a la situación económica que atraviesa el club Y es que para desgracia de la afición vinarocense el tema deportivo ha pasado a un segundo plano después que la entidad comunicase al comienzo de esta semana que no iban a poder hacer frente a los pagos tanto pendientes como futuros, algo que provocó la dimisión de su presidente Goyo González así como la negativa de los jugadores y el cuerpo técnico a entrenar y a disputar el próximo partido, es decir, el de mañana frente al Burriana.
Sin embargo, ayer todos los implicados en dicha situación comprometida se volvieron a reunir en busca de un acuerdo para al menos confirmar la presencia en el Llombai, algo que finalmente así será después de que una delegación del equipo encabezada por Sergi Escobar, entrenador y portavoz, se reuniese primero con el alcalde de Vinaròs y luego en el campo con los miembros del club. En estas citas, se llegó a un principio de acuerdo para jugar mañana debido sobre todo a que, fruto de las numerosas reuniones y posicionamiento de la plantilla, surgió una propuesta que podría contentar a los perjudicados, por lo que tratarán de analizarla en profundidad y negociarla cuando pase el fin de semana.
Así pues, la jornada 14 del Grupo I, comenzó ayer con el empate entre Almazora y Alqueries (1-1), se disputará completa y se podrá disfrutar de uno de los partidos más atractivos del fin de semana en Preferente, en donde el CD Burriana, cuarto clasificado, recibirá a un líder que tendrá el hándicap de no haber entrenado ni preparado el choque en toda la semana.
