Anoche, como cada día que hay fútbol, me disponía a leer las noticias y a escuchar los programas de radio nocturno. Como en cada jornada de Copa uno siente especial predilección por los modestos. En un día como el de ayer, donde varios equipos modestos de Segunda División (Levante y Sporting) y Primera Federación (Ceuta), las historias eran más especiales.
Mi sorpresa llegó cuando Carlo Ancelotti, uno de los entrenadores más laureados de la historia de nuestro deporte, salió a la sala de prensa del Príncipe Felipe. La frase me sentó mal, no nos vamos a engañar a estas alturas de la película. “Esto para mi no es fútbol”, dijo el italiano para el asombro de todos los allí presentes.
Y yo, aunque no tengo el placer de conocerlo y dudo que esto llegue a sus oídos, me voy a conceder el placer de contestarle: “claro que es fútbol, señor Ancelotti”. Me atrevería a decir, incluso, que es el fútbol más importante. Lejos del lujo de vestuarios cinco estrellas, de sueldos millonarios o alfombras en forma de césped. Obviamente el estado del césped dejaba mucho que desear, pero de ahí a no considerarlo fútbol hay un trecho. Es más, me atrevería a decir que esos futbolistas a los que usted ayer faltó el respeto con sus palabras hacen honor a este deporte a pesar de no tener sueldos estratosféricos.
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Claro que es fútbol, Ancelotti. Es fútbol porque este deporte nos pertenece a todos, a ricos y a pobres. Es fútbol porque a pesar de contar en su equipo con infinidad de estrellas, tuvo que sudar sangre para pasar de ronda. También es fútbol porque los jugadores del Cacereño, un club humilde y con un presupuesto infinitamente inferior al del Real Madrid, hacen esfuerzos insospechados para competir cada semana. Lo es porque, semana tras semana, esos jugadores dejan todo para cruzarse España entera a cambio de un salario a años luz del de sus jugadores.
Por ese y por mil motivos más, claro que es fútbol, señor Ancelotti. Porque para poner en valor a un equipo, jamás hay que faltar a otro. El Cacereño, como otros tantos modestos que siguen en liza en Copa, también es fútbol. Nuestro fútbol modesto, que año tras año demuestra mejor nivel, es de las cosas más importantes. Cuidémoslo, porque sin fútbol modesto no habrían estrellas. Claro que es fútbol, señor Ancelotti, que no se le olvide nunca.