Cuando las cosas salen bien no debes cambiarlas. Algo así se ha debido de pensar desde la dirección deportiva y general del CD Ebro, que ha seguido confiando en Manolo Sanlúcar, ex-entrenador del Atlético Malagueño, filial del Málaga C.F., como cabeza visible de una reforzada plantilla que competirá por todo en la presente temporada.
La campaña pasada, el papel que jugó el CD Ebro en su estreno fuera de La Almozara fue notable. Tras el cambio de localización del primer equipo, se presuponía una temporada difícil. Nuevo campo, pero también nueva dirección técnica y deportiva. Pepe Cuevas llegaba al club y, de su mano, lo hacía un tiempo más tarde Manolo Sanlúcar. El trabajo de ambos, mano a mano, para confeccionar una plantilla de garantías dio sus frutos, y ahora el Ebro apuesta por un proyecto continuista de la mano del entrenador andaluz.
La confianza en el proyecto, clave en Segunda B
Para un equipo de barrio como es el CD Ebro, es importantísimo tejer un proyecto de presente y que pueda funcionar en un futuro cercano, para afianzarse en la categoría de bronce. Pero más allá de ser muy trascendente para el conjunto zaragozano, la confianza en una labor continuista cuando en años anteriores has cumplido el objetivo, es clave.
El éxito en esta categoría pasa muchas veces por creer en lo que ya tienes en casa, de hacer crecer y creer a tus jugadores. La plantilla del Ebro, pese a que ha sufrido vacilaciones con respecto a la temporada pasada -en la que, sin ir más lejos, fue eliminado por el CD Leganés en dieciseisavos de Copa-, ha mantenido el bloque y han conseguido establecer las mismas señas que el año pasado.
Ahora, se enfrentan a una temporada atípica en la que es clave sostener al vestuario desde dentro y que los jugadores se compenetren, ya que la pretemporada será corta y la temporada tendrá partidos muy concentrados en el espacio temporal. Cuando las fuerzas fallan, es clave tener un grupo unido y un motivador como Manolo Sanlúcar para dirigir a la plantilla.