El fútbol está cambiando. Con un futuro post-pandemia que se asemejaba a ninguna situación vivida hasta el momento, la RFEF decidió modificar las competiciones que dependían de ella, haciendo una nueva categoría entre Segunda y Tercera. De esta manera, Segunda B se dividía en dos, llegando a ampliar el ratio de equipos en ese intervalo pero creando una nueva división que no deja conforme a nadie y genera muchas dudas.
La Primera RFEF se crea para intentar tener una tercera categoría más profesional. Para que aquellos clubes de Segunda que acaben descendiendo puedan tener una salva económica. Y también para potenciar un sistema que estaba obsoleto y del que era muy difícil escapar. Pero la nueva competición arrastra dudas acerca de su funcionamiento y de si es lo más justo la manera en la que van a estar repartidos los grupos y las promociones.
Sin aragoneses en Primera Federación
Esta nueva categoría es una nueva oportunidad para dar el salto a un fútbol más profesional. O por lo menos para que los equipos a los que te enfrentas cada fin de semana tengan un nivel superior. Pero Aragón, junto a Asturias y las Islas Canarias van a ser las únicas que, de momento, no tengan equipos en esta división. Y esto produce un paso atrás en el crecimiento exponencial que estaba teniendo el fútbol aragonés en los últimos años.
Sumamos al mapa de #PrimeraRFEF el filial de @CanteiraCeleste y al @ZCFoficial tras caer en el Play Off de #SegundaB pic.twitter.com/k0iAyruja9
— José Raúl González (@joseragonfid) May 16, 2021
Lo que está claro es que esto no debe impedir el desarrollo de los futbolistas que siguen cultivándose en Aragón. Este hecho tiene que notificar a los responsables que Aragón merece tener un equipo en esas categorías y que el crecimiento de los futbolistas nacidas en las tierras de San Jorge depende de un fútbol regional de calidad. Pese a que las categorías en las que están los equipos aragoneses no profesionales se vayan a ver debilitadas, reduciendo su valor.