Esta temporada ha sido muy complicada para los cuerpos técnicos de los equipos del fútbol «modesto». Algunos equipos han visto como se le aplazaban varios partidos que han tenido que recuperar en meses llenos de encuentros en pocas fechas, la mayoría han sufrido positivos en Covid-19 de algún jugador que han tenido que ir recuperando con varias semanas de trabajo individualizado… Y desde Golsmedia hemos querido contactar con un preparador físico reconocido por su gran trabajo para conocer cómo han afrontado ellos esta atípica y tan difícil temporada que ahora cerramos.
Conversamos con Robert Tejero, preparador físico del Atzeneta UE los dos últimos años. Hace un año el conjunto «taronja» dirigido por David Albelda sorprendió a todos por su gran demostración de poderío físico en la semifinal y en la final por el ascenso a Segunda B, que lograron venciendo al Alzira y Alcoyano. Le preguntamos sobre qué trabajo se hizo para preparar tan bien a sus futbolistas tras el confinamiento, y sobre las dificultades de este curso y de las características de trabajar en unas categorías como la Tercera División y Segunda B. Tejero cuenta con una gran trayectoria en clubes como el Balaguer, Rayo Ibense, Recambios Colón, UD Alzira, Atzeneta UE…
P. Hace una semana te despedías con una carta de agradecimiento a la familia del Atzeneta UE por tus dos años allí. ¿Con qué te quedas de esta etapa en el club “taronja”?
R. Me quedo con un proyecto muy ambicioso, pequeño pero a la vez grande. Ha sido un poco anecdótico el conseguir lo que hemos conseguidos siendo una población tan pequeña, ha sido algo único para el fútbol español que un equipo de una ciudad tan pequeña llegara tan lejos, y algo muy bonito. Nuestro objetivo cuando llegamos era profesionalizar el club, creo que lo hemos logrado, hemos sentado unas bases importantes de la estructura del Atzeneta, y se ha hecho consiguiendo un objetivo que era muy muy difícil.
“En el confinamiento primero trabajamos un bloque de fuerza bastante importante, el siguiente de resistencia cuando empezamos a salir al exterior de forma individual, y el último trabajo fue de campo muy concreto»
P. Hay un momento clave en estos dos años y es el play-off, esos dos partidos por el ascenso del verano pasado en Alcoy y La Nucia. El equipo venía como el resto de estar encerrados en casa en el confinamiento que padecimos todo por el Covid-19. Y cuándo hablábamos con los jugadores del Atzeneta nos decían que estabais haciendo un trabajo físico muy intenso para llegar a esos partidos claves, y la verdad es que llegasteis como aviones… ¿Cómo lo conseguisteis? ¿Cómo fue ese trabajo?
R. Primero nos encontramos con un hándicap importante que fue el no poder entrenar en grupo, el hacerlo en casa, y con los pocos recursos que teníamos trabajamos en aprovecharlos al máximo para lograr un entrenamiento de lo más eficaz con los jugadores. Enfatizamos muchos los trabajos de fuerza, que lo que iban a hacer era atenuar la perdida de la condición física y nos iban a poder permitir mejorar el condicionamiento de los jugadores. Y cuando ya pudimos salir a entrenar de manera individual empezamos a meterles trabajo hiperbárico y de resistencia. Esto junto al trabajo previo de fuerza que realizamos de base, esto fue lo que nos hizo lograr esa diferencia con los rivales. Y ya realizamos en lo que es en el campo los conceptos teórico-tácticos que queríamos ver. Enlazamos todos estos contenidos que nos permitieron lograr esa diferencia con los demás. Ese primer bloque de fuerza bastante importante, el siguiente de resistencia cuando empezamos a salir al exterior de forma individual, y el último trabajo de campo muy concreto ya con lo que precisaba cada partido del play-off, este fue nuestro plan para estos encuentros.

P. En una entrevista que te realizó el compañero Kiko Felguera mencionabas que estas categorías son camaleónicas, porque cada partido está lleno de condicionantes diferentes. Supongo que esta temporada ese carácter camaleónico se habrá multiplicado por tres como mínimo porque cada semana podía variar mucha de la siguiente dependiendo de la situación de la pandemia…
R. Ha sido una temporada atípica y muy complicada. Durante esta temporada hemos conversado mucho compañeros de diferentes equipos que nos hemos encontrado con esta situaciones similares para compartir esas sensaciones, y lo que hemos concluido es que nos hemos tenido que ajustar mucho a estos condicionantes. Nos ha sucedido a los preparadores físicos de los equipos el tener trabajado un equipo para jugar el fin de semana y el jueves realizar las pruebas de detección del Covid-19 y que alguno resultara positivo. Y eso jugador era el que se pensaba que iba a ser titular y esto cambia mucho la dinámica, lo que puede ser el once, y lo que se ha trabajado. Había que ajustarse bastante a las situaciones que se daban, como la recuperación de un jugador que había dado positivo en Covid-19, era confinado, y luego dos semanas después no podía jugar, había que comenzar un trabajo personalizado con el jugador para poder volver a reintroducirse con la dinámica del equipo. Todo esto rompía bastante el ciclo de entrenamientos.
P. Por lo que nos han ido comentando jugadores hay algunos que lo pasaron el Covid-19 con pocos problemas, sin apenas notarlo, en cambio para otros les costó recuperar la forma tras contagiarse. Ya nos has comentado un poco, pero ¿cómo habéis trabajado con esos casos en la recuperación del futbolista post-covid?
R. Cada jugador ha tenido diferentes episodios como decías, algunos los ha pasado sin síntomas mientras otros lo han notado más. Lo que intentamos era preparar un plan individualizado al máximo posible para dentro de los recursos que disponía el jugador lo pudiese trabajar en casa, y siempre teniendo en cuenta las percepciones del jugador. Había algunos futbolistas que sufrían una mayor debilidad muscular que otros, y por tanto los ejercicios debían de adaptarse en su intensidad a su situación. Siempre, cada día, estábamos en contacto con el jugador para saber cómo él se estaba adaptando al trabajo. Algunos futbolistas lo llevaban mejor pero otros se notaban sobrecargados ya que el Covid-19 les destrozaba muscularmente. Y seguíamos trabajando en él para la reintroducción a la dinámica de equipo.
«Nosotros creo que hemos sufrido 18 contagios, 18 situaciones diferentes e individuales que hemos tenido que adaptar durante la temporada desde que volvimos»
P. La mayor dificultad en esta temporada para vosotros, los preparadores físicos, ¿Ha sido el tener que constantemente modificar lo planificado por esas cambiantes circunstancias?
R. El tener que reajustar sí. Nosotros la verdad es que no sufrimos ningún aplazamiento de un partido nuestro, tuvimos que sobreponernos a aquel confinamiento general. Lo que sí que hemos sufrido dentro del propio equipo es esos contagios individualizados que nos ha hecho perder a esos futbolistas varias semanas, porque cuando un jugador era confinado dos semanas no quiere decir que entonces ya está bien, uno se recupera normalmente en dos o tres semanas para estar en condiciones mínimas para la reintroducción para poder a disputar unos 90 minutos. Esto ha sido nuestro mayor hándicap de la temporada en la preparación, ya que no nos ha pasado como otros clubes que sí que han tenido partidos aplazados. Nosotros creo que hemos sufrido 18 contagios, 18 situaciones diferentes e individuales que hemos tenido que adaptar durante la temporada desde que volvimos del confinamiento general del pasado 2020. Y cada una de estas situaciones las hemos tenido que resolver de forma individualizada y con un calendario apretado de partidos en pocos meses.
P. A parte de todo lo que ha sido la situación generada por la pandemia, en esa entrevista que hace referencia comentabas esa característica camaleónica del fútbol de Segunda B, Tercera División… donde te encuentras una semana un campo de césped natural amplío en dimensiones, y la siguiente un terreno de juego muy pequeño y de césped artificial. ¿Cómo influye esto en el trabajo del preparador físico?
R. En la élite, en primera y segunda división todo está bastante estandarizado, que los contextos que te encuentras cada fin de semana son bastante parejos. ¿Qué pasa desde Primera RFEF hacia abajo? Que los contextos son muy diversos, y por tanto cada semana se puede trabajar conceptos muy diferentes. No es lo mismo jugar en un campo de césped natural muy grande donde el tipo de esfuerzo es muy específico, que el hacerlo en un contexto como el del campo del Atzeneta que ha sido el más pequeño de la categoría y eso conlleva que vaya a ser un partido de más disputas, balón parado… y esto hace que la preparación física deba cambiar constantemente según el escenario. Esto provoca que los preparadores físicos de estas categorías debamos conocer o tener ese bagaje de adaptación a más contextos diferentes porque la variedad de la competición es muy amplia.
P. Hace unos meses contactamos con el delegado del Ebro aragonés que nos explicaban como habían cambiado su rutina de viajes este año por el Covid-19. Salían más tarde hacia el campo local para comer antes en su comunidad por si en la otra no podían hacerlo, el no poder utilizar vestuarios cuando viajaban… y también hemos visto a través de las publicaciones del Atzeneta en redes sociales cómo trabajabais con los jugadores en los hoteles para reactivarlos antes de un partido. ¿Qué habéis hecho en estos viajes con los jugadores?
R. Hemos hecho viajes de 4 o 5 horas en autobús con mascarilla para jugar partidos que se hacen muy pesados, con la mascarilla dificulta el habla, la atención, y el estar cada uno sentado con un espacio libre con el compañero, pues todo esto afecta. Y también condiciona la convocatoria porque debes llevar a un número limitado de jugadores en el autobús. En los desplazamientos intentábamos llegar antes de las comidas o las cenas para poder realizar de forma previa unas actividades de reactivación. El viaje se hace largo, y no interactuabas casi con el compañero por el tema de la distancia, y era una buena manera nada más llegar al hotel el hacer una dinámica, trabajar con el psicólogo, y el tratar de romper ese estado que condiciona el viaje, y esa fatiga que es más mental que física en ese caso.
«Mi objetivo y vocación siempre ha sido la de ayudar al futbolista, el poder a través de la ciencia, del conocimiento, ayudarle con la mayor objetividad posible»
P. A los futbolistas, entrenadores… les preguntamos ¿Qué te hizo ser jugador? ¿Qué te llamó de tu rol en el campo? ¿el ser portero? Delantero?.. En tu caso. ¿Qué te atrajo de la profesión del preparador físico en el fútbol?
R. Mi objetivo y vocación siempre ha sido la de ayudar al futbolista, el poder a través de la ciencia, del conocimiento, ayudarle con la mayor objetividad posible. Esta es mi primera vocación el ayudar al futbolista a ser mejor jugador y persona. Y el otro objetivo más personal es el poder llegar a trabajar en la Primera División. Esto no es fácil, hay que estar muy formado, que llegue esa oportunidad, y ser paciente. Al final si ayudas al futbolista, y tienes paciencia, y trabajas duro, pues esas posibilidades de llegar a Primera División aumentan.