Para practicar buen fútbol hay que venir al sur. Un clásico del fútbol de selecciones iba a disputarse en un mítico estadio del deporte rey mundial. Italia y España se citaban en Wembley con la magnífica oportunidad de marcar un hito: los italianos buscaban acceder a una final que les acercaría a la primera Eurocopa de su historia; los españoles, llegar al partido definitivo con aspiraciones a convertirse en la selección con más entorchados. Los de Mancini, con sed de redención: solo una victoria ante España en partido oficial desde 1994. Los de Luis Enrique –protagonista en aquel choque de hace 27 años-, con ganas de redimirse: los ‘azzurros’ fueron los verdugos del combinado español en la última Copa de Europa de selecciones. Contexto que abría boca ante una semifinal de quilates, con un gran juego mostrado por ambos conjuntos y que concluyó a los 120 minutos, mediante una tanda de penaltis, con victoria agónica de Italia por 4-2.
El partido marchó conforme lo esperado. España manejaba la posesión e Italia, con la velocidad y el peligro de futbolistas como Insigne, Emerson o Chiesa, trataban de hacerle cosquillas al combinado de Luis Enrique. Los italianos parecían incomodar a los españoles tras el mal inicio, sobre todo con un dubitativo Unai Simón que protagonizó dos salidas en falso que cerca estuvieron de costarle una desgracia a España. Tras los sustos, con palo de Chiesa en el 3′ incluido, los pupilos de Luis Enrique gozaron de sus mejores minutos: Oyarzábal no supo aprovechar una genialidad de Pedri en el 10′ y Dani Olmo se topó con Donnarumma en un «penalti sin carrerilla» en el 24′.
españa dominó en la primera parte, pero sin generar grandes ocasiones
Italia se desperezaba del acoso español en base a contraataques. Los errores en la construcción del juego eran penalizados por los rápidos futbolistas del combinado ‘azzurro’, que no pudieron terminar de concretar sus oportunidades. Los primeros 45 minutos concluyeron sin disparos entre palos de los italianos, pero topándose con el larguero en el último momento. Insigne encontró espacio a la espalda de Azpilicueta y vio el desmarque de Emerson, quien recogió el esférico escorado en el área y protagonizó un zurriagazo chocó contra la madera. Susto final que no emborronaba la buena primera mitad de España.
El segundo tiempo mantuvo el mismo guion, aunque con ligeros cambios. Ambos equipos lograban llegar a área rival en mejor medida, siendo España la primera que avisaba. Busquets en el 51′ recogía un pase de Oyarzábal tras una cabalgada por la derecha y mandaba el esférico muy cerca del larguero. Chiesa respondía 30 segundos después con un disparo que atajaba Unai Simón. Era la primera oportunidad entre palos de la ‘azzurra’, pero no iba a ser la última. El futbolista de la Juventus anotaría el 1-0 en el 59′ tras un contrataque que parecía ser neutralizado por Laporte, pero cuyo rechace cayó en las botas de un Chiesa que cruzaría el balón para que Unai Simón no pudiera alcanzarlo. Éxtasis italiano en las gradas de Wembley, y el plan de Mancini salía a la perfección: contra, gol y ‘catenaccio’.
España, pese a todo, respondió bien al gol en contra. Tuvo Oyarzábal el empate en su cabeza apenas cinco minutos después, pero no logró contactar con el genial pase de Koke desde la frontal del área. Un minuto después era el ariete de la Real Sociedad quien asistía con el pecho a Dani Olmo para que el delantero del RB Leipzig, en carrera, pusiera el cuero cerca del palo rival. Los cambios introducidos por Luis Enrique, con Morata y Gerard Moreno como nuevas referencias, aportaron savia fresca arriba, pero no lograban atajar el grave problema que les presentaba la selección ‘azzurra’: el genial ‘catenaccio’ montado por los pupilos de Mancini.
Cuando parecía que España no era capaz de batir a Italia, España puso la igualada en el 80′. Morata, arrancando desde el centro, realizó una pared con Dani Olmo y quedó solo ante Donnarumma, batiéndolo y engañándolo con el cuerpo. Premio a la insistencia, al esfuerzo y a la confianza en una idiosincrasia.
españa realizó la tarea más complicada: romper el cerrojo italiano
España estaba de dulce e Italia no se encontraba tan cómoda replegada. Morata, motivado y enchufado, rompía desde izquierda, derecha y centro. Pedri y Busquets seguían realizando un genial partido, pausando el partido cuando era necesario, dándole ritmo cuando el encuentro lo requería, y filtrando pases de lujo para los atacantes. Pese a ello, España no pudo concretar más oportunidades e Italia se contentaba con llegar con vida al término de los 90 minutos. Hecho que se produjo: italianos y españoles se encaminaban a la prórroga.
Los 30 minutos extra deberían fortalecer a Italia, más descansada en los últimos días y más aliviada de carga en las piernas. Pero, en este partido, la lógica no iba a hacer acto de presencia. España seguía en alza, motivada, y dispuso de una gran oportunidad en el 97′ con un lanzamiento de falta rasa y lejana de Dani Olmo cuyo rechace de Donnarumma estuvo cerca de convertirse en el gol infantil de la noche. Los rechaces casi favorecen, también, a un Marcos Llorente que rozó el gol si no se hubiera interpuesto el muslo de Bonucci.
Ya en la segunda parte de la prórroga, las oportunidades de gol escaseaban a causa del cansancio físico. Berardi, algo más fresco, protagonizó una diagonal cuyo remate se estrelló en Laporte; pero no hubo más. España perdió las ideas cuando Busquets se marchó del terreno de juego e Italia lo aprovechó aumentando la presión, pero sin recompensa. Felix Byrch pitó el final del encuentro y tanto Italia como España -de nuevo- recurrirían a la tanda de penaltis para dirimir el primer finalista de la Eurocopa.
Arrancaba Locatelli encontrándose con Unai Simón, pero Dani Olmo mantenía el 0-0 mandando el cuero a la grada. Belotti proseguía y, por el mismo lado que su compañero, anotaba el 1-0. Gerard Moreno, con suspense, ponía el 1-1. Bonucci hacía el 2-1 con la calma que le otorga la experiencia, haciendo Thiago lo propio para poner el 2-2 en el electrónico. Bernardeschi le pegaba con dureza para poner el 3-2 y el éxtasis italiano se mantenía con la atajada de Donnarumma al lanzamiento de Morata. Jorginho, en el penalti final, anotaba con clase y ponía punto y final al sueño español.
Ficha técnica
Italia (1): Donnarumma; Di Lorenzo, Bonucci, Chiellini, Emerson (74′, Toloi); Jorginho, Verratti (74′, Pessina), Barella (84′, Locatelli); Insigne (84′, Belotti), Chiesa (106′, Bernardeschi), Immobile (61′, Berardi).
España (1): Unai Simón; Azpilicueta (84′, Marcos Llorente), Laporte, Éric García (108′, Pau Torres), Jordi Alba; Busquets (105′, Thiago), Pedri, Koke (70′, Rodri); Ferran Torres (62′ Morata), Dani Olmo, Oyarzábal (70′, Gerard Moreno).
Goles: 1-0, Chiesa (59′); 1-1, Morata (80′).
Árbitro: Felix Brych amonestó por parte italiana a Toloi (96′) y Bonucci (117′(; y por parte española a Busquets (51′).
Incidencias: Partido disputado en el estadio de Wembley (Londres) ante alrededor de 60.000 espectadores.
