Hay un dicho del fútbol que cuenta que lo que funciona no se toca. Cuando hay un once que es de garantías se mantiene hasta que haya lesiones, sanciones o pierda la efectividad; cuando un delantero está en racha se asegura la titularidad hasta que deje de marcar goles y cuando un portero da seguridad al equipo tiene muchas papeletas de mantenerse en el once.
al final todo se reduce a lo que funciona y a lo que no
Pues bien, de alguna manera sucede lo mismo con las jugadas a balón parado. Da la impresión de que el cuaderno de los entrenadores es muy amplio sobre este tema, pero al final todo se reduce a lo que funciona y a lo que no. Durante el año hay jugadas que se modifican o incluso se eliminan porque no dan rédito, sin embargo, hay otras que dan puntos.
Probablemente el factor más determinante de las jugadas a balón parado es el factor sorpresa. Hay que sorprender al rival con un movimiento que no se espere, hay que ocupar una zona desocupada por su defensa o, como última opción, también podemos invadir sus zonas ocupadas pero con balones rasos. ¿Cómo? ¿Un balón raso en una jugada a balón parado? Que le pregunten al RC Celta Fortuna.
Si una jugada funciona, ¿por qué no volverla a usar? 📋✍🏻
— Álex Gesto (@GestoFoot) October 3, 2023
El equipo de Giráldez sacó un valioso empate en su visita al Barça Atlètic tras marcar en una jugada que ya utilizaron el año pasado. Como bien indica el analista Álex Gesto, la AD Alcorcón fue la primera víctima, y este pasado fin de semana el filial azulgrana vivió en sus carnes lo que es recibir gol en una jugada de córner que parece indefendible.
En una liga como la categoría de bronce cada acción cuenta, y el balón parado se antoja crucial para sacar puntos. Si entrenas a un filial con poca presencia de centímetros tendrás que innovar, y en este sentido el cuerpo técnico del RC Celta Fortuna siempre ha hecho un trabajo envidiable.
