Dentro de una institución siempre es fundamental que haya gente dispuesta a luchar por su causa. Cuando además el club es una referencia como es el caso del Athletic, pues es todavía más crucial, y es por este motivo que el conjunto vasco siempre que ha encontrado enamorados de la entidad que estén dispuestos a trabajar para ellos los ha cuidado hasta el final.
en Lezama, durante veinte años ha estado la viva expresión del amor al Athletic
Para transmitir de padres a hijos el amor por unos colores es más sencillo conseguirlo con ejemplos, con hechos concretos. En los leones, más concretamente en Lezama, durante veinte años ha estado la viva expresión del amor al Athletic, y tras estas dos décadas de trabajo el club ha anunciado hoy que se despide para siempre. Su nombre: Blas Ziarreta.
Este tipo de personalidades suelen adquirir una fama póstuma entre los aficionados, pero para los chicos que han ido llegando desde las categorías inferiores hasta el primer equipo ha sido como un padre. En sus inicios fue entrenador del Bilbao Athletic durante dos campañas, pero después pasó a ostentar otros cargos menos visibles.
Por ejemplo, trabajó también entrenando a los clubes conveniados que tenía el Athletic, y después cambió este cargo para actuar en el apartado de captación. Muchos de los cachorros que llegaban a Lezama lo hacían de la mano de Blas Ziarreta, por lo que después adquirían una relación muy especial con él, que trascendía de lo profesional. Cada jugador de la cantera que llegaba al primer equipo era un pequeño triunfo suyo.
Ahora, tras 20 años a las órdenes del club de su vida, ha decidido que es el momento de decir adiós. Muchos no conocerán su nombre y muchos otros lo estarán conociendo ahora, pero no se puede entender el Athletic del Siglo XXI sin su figura. En un proyecto principalmente de cantera, las bajas más sensibles son las de gente como Blas Ziarreta.