El Marbella FC fue comprado por un grupo inversor chino. / Foto: Marbella FC.

Y más allá de LaLiga, ¿fair qué financiero?

Opinión

El Marbella FC fue comprado por un grupo inversor chino. / Foto: Marbella FC.

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Si nos ponemos a investigar de verdad las relaciones laborales en el fútbol aficionado, nos cargamos el sistema”. Así se muestra en privado uno de los altos cargos del Gobierno encargado de la lucha contra el fraude, cuando le preguntan si los equipos de Segunda B y Tercera División están preparados para estar sometidos a un control más férreo por parte de las autoridades. “Establecer unas exigencias de transparencia y gestión económica demasiado altas puede dejar por el camino a más de uno”, admite un asesor de distintos clubes en estas categorías.

Y aun así, hoy se hace más necesario que nunca que la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) y los clubes acuerden cuáles son los requisitos mínimos que deberían cumplirse en materia económica y los mecanismos necesarios para evitar que una mala gestión pueda llevarse por delante a más de un club en su ambición por dar el salto a LaLiga.

“Establecer unas exigencias de transparencia y gestión económica demasiado altas puede dejar por el camino a más de un club de Segunda B y Tercera”

El regulador presidido por Luis Rubiales se ha dado un plazo de tres años, hasta 2022, para definir cuál es el conjunto de reglas que deberían cumplirse, pues antes hay un reto aún mayor: conocer la realidad económica de las dos categorías previas al fútbol profesional. Hoy nadie sabe bien cuánto negocio generan conjuntamente, la brecha real entre quienes más ingresan con los más modestos, o a cuánto ascienden las pérdidas totales.

Luis Rubiales
El presidente de la RFEF, Luis Rubiales. Foto: RFEF.

Porque ahí está la principal razón por la que la Rfef debe actuar cuánto antes: ante el encarecimiento del precio de comprar un equipo en LaLiga, los inversores han puesto sus miradas en Segunda B y Tercera. ¿La razón? En lugar de pagar 15 millones por un equipo de Segunda División, pueden pagar tres millones por uno que está a un paso de entrar y dedicarle el mismo importe a cubrir las pérdidas por tratar de buscar el ascenso con una plantilla cuyo coste es superior a lo que ingresa.

Ante el encarecimiento del precio de comprar un equipo en LaLiga, los inversores han puesto sus miradas en Segunda B y Tercera

Es un modelo de negocio que en la élite está más que vetado por el riesgo que supone para el sistema, pero que no tiene ningún freno en las categorías inferiores. Y es bueno mientras se pongan límites, pues hará surgir a clubes más grandes, pero siempre existirá el riesgo de llevar al sistema a un posible colapso en caso de crisis.

El ejemplo claro está en Inglaterra, donde la EFL, que gestiona las tres categorías por debajo de la Premier League, ha lanzado un SOS. Y es que, ante la falta de normas claras de control económico, sus clubes han perdido más de 1.000 millones de euros en los últimos años en su deseo por subir a la liga más rica del mundo. También de esto podemos aprender de los ingleses, pero en esta ocasión para hacer exactamente lo opuesto: ¿fair qué financiero? No. Fair play financiero urgente para fortalecer el sistema.