Foto: CD Calahorra

El CD Calahorra, a punto de obtener la guinda a su trabajo

Opinión

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El CD Calahorra está a punto de convertirse en equipo de la Primera RFEF. Los rojillos solamente tienen que vencer a la SD Ejea (domingo 12:00 horas) y conseguirán el objetivo por el que llevan años peleando: asegurarse un hueco en el fútbol profesional. Con opciones de llegar incluso a Segunda División, la ‘Pro’ asegurará un horizonte ilusionante para los riojabajeños, en el año en que la pandemia puede estar dando sus últimos coletazos. O no… pero de la ilusión se vive.

MÉRITO INCUESTIONABLE

Con 29 puntos, el equipo de Diego Martínez es líder del Grupo II-Subgrupo B y también la mejor defensa de la categoría (cuatro tantos encajados solamente). Roberto Gutiérrez es un auténtico muro en portería, Cristian, Mikel Santamaría y Borja Vicent forman una sólida línea de centrales. Creación en el centro del campo con Tarsi Aguado o Jordi Ortega. Y un poderío ofensivo creciente en las últimas jornadas, con Amorrortu (4), Fran Sota (3) y David Soto (2). El bloque suma catorce goles a favor, si bien ha conseguido mejorar su puntería en las últimas jornadas, suficiente como para conseguir victorias más holgadas (2-0).

Es importante destacar la figura de su presidente, Tomás Lorente y su director deportivo, Eduardo Arévalo. Su trabajo es extraordinario, así lo muestran los resultados cosechados en el campo. En un año de incertidumbre máxima, donde el fútbol no profesional se suspendió durante siete meses, Lorente nunca perdió la calma. Por su parte, Arévalo ideó un equipo experimentado, con la idea de ser pragmático. Se apostó también por mantener al entrenador, que había llegado al equipo antes del estallido del COVID-19. Acierto máximo.

Diego Martínez, técnico del CD Calahorra / Foto: CD Calahorra

En tiempos convulsos, es importante destacar cuando las cosas se hacen bien. Mientras gigantes como el Deportivo de la Coruña o el Racing de Santander no pueden calificar como exitosa su temporada, los rojillos sí. El horizonte es duro y noticias como la cercana desaparición del Extremadura UD lo confirman. Pese a ello, un modesto equipo quiere volver al lugar del que, dos décadas atrás, un arbitraje nefasto y el Poli Ejido truncaron. Ilusión por las nubes.