Enloquecimiento colectivo en la afición del Sevilla con este final de temporada. Su equipo ya está sentado en la mesa del Atlético de Madrid, del Barça y del Real Madrid para discutirles esta Liga. Las pulsaciones de los corazones sevillistas andan disparadas, aceleradas simplemente con el hecho de soñar con una proeza descomunal, volver a ganar un titulo de Liga 75 años después (1946). Mi impresión es que sigue siendo una empresa complicada porque necesita varias combinaciones que no dependen de sí mismo para poder salir Campeón. Pero es indiscutible que la furia por esta liga se ha desatado en Nervión. Y ahora sí, creo que los hombres de Julen Lopetegui van a dar mucha guerra hasta el final.
El Sevilla ya no va de tapado. Estuvo tapado tras la eliminación en Champions ante el Dortmund. Fue tras ese partido cuando se comenzó a cocer en el seno del club la idea de intentar pelear por esta liga, cuando casi nadie imaginaba un escenario así. Por tanto, el primer paso y más importante fue el de creerse que se podía optar a ser Campeón. Se pusieron manos a la obra. Para alimentar la máquina de ganar partidos, el primer objetivo que se propusieron fue el de asegurar con tiempo la participación en Champions. Lo han conseguido con la gorra, le han sobrado matemáticamente cinco jornadas, una barbaridad. Y es precisamente esta carrera vertiginosa por conseguir el objetivo del club, lo que le ha permitido llegar bien posicionado para asaltar el campeonato. Ahora cuando los demás rivales se han querido dar cuenta, el Sevilla ya es visible, los tiene a tiro.
El Sevilla ya no va de tapado… tiene la oportunidad de ganar un título de liga 75 años después
Llegados a este punto, no hay quien pare ya la ambición que se ha desatado en el Presidente Pepe Castro, en el Director Deportivo Monchi, en Lopetegui, en los jugadores, empeñados todos en hacer historia. La palabra Liga está marcada a fuego en el corazón del sevillismo en estos momentos. Intentarlo no será un fracaso porque la temporada del Sevilla es descomunal, sobresaliente. Pulverizando todos los récords, pisoteando cada marca histórica del club semana a semana. El fracaso hubiera sido que el equipo con la Champions virtualmente asegurada desde hacía algunas semanas, de repente se hubiera parado. Eso, la afición del Sevilla no se lo habría perdonado.
Ahora bien, no duden que por el carácter salvaje, competitivo, insaciable en el que se ha metido el Sevilla contemporáneo, si no se consigue ganar la Liga, habrá de entrada el lógico enfado del que quiere ganarlo todo. Eso sí, cuando la pelea por esta Liga haya pasado, la afición sevillista (bandera de la ambición) sabrá homenajear y honrar a sus soldados por ser partícipes de tan hermosa batalla.