Oyarzabal festeja el gol ante Croacia con sus compañeros. / Foto: Selección Española.

La grandeza del fútbol

Opinión

Oyarzabal festeja el gol ante Croacia con sus compañeros. / Foto: Selección Española.

Opinión

Esta Eurocopa ‘multisede’ está mostrando prácticamente todas las caras del fútbol, un deporte imprevisible que, una vez más, ha puesto de manifiesto su grandeza en un torneo en el que cada día surge algo nuevo que supera lo anterior.

La jornada de este pasado lunes, 28 de junio, ha sido el mejor ejemplo de lo que digo: 8 goles en el España-Croacia y 6 más en el Suiza-Francia. Y en ambos casos, sendos 3-1 que se convirtieron en sendos 3-3 en los últimos minutos de cada partido. En el primero, no fueron necesarios los penaltis y España logró su clasificación para los cuartos de final con 2 tantos más en la prórroga que sellaron su victoria por 5-3. Y en el segundo, con todo a favor, Francia cayó en la ruleta de los penaltis y se quedó fuera de una competición  en el que muchos opinadores le concedían la vitola de gran favorita.

8 goles en el España-Croacia y 6 más en el Suiza-Francia

Y es precisamente ahí donde quiero detenerme un momento: en los opinadores. Una y otra vez oímos a los ‘expertos’ decir que este o aquel equipo van a ganar un torneo; o, al contrario, que es imposible que este otro conjunto no está ni para pasar de ronda… Y, sin embargo, el deporte, en este caso el fútbol, les vuelve a demostrar que si es precisamente grande es por lo imprevisible que suele ser. Ni siempre ganan los teóricamente mejores, ni siempre pierden los de menor nivel.

Ni España estaba eliminada con sus 2 primeros empates en la Eurocopa, ni Francia era ya la campeona tras batir a Alemania y Portugal. Esto no es la PlayStation, este es el fútbol real que se juega sobre un terreno de juego real y en el que la experiencia nos enseña que siempre será mejor esperar a que acabe cada partido para sacar consecuencias.

El deporte nos vuelve a demostrar que si es grande es por lo imprevisible que suele ser

De momento, ya tenemos a la selección española en la ronda de cuartos de final, algo que no sucedía desde 2012 y, encima, teniendo como rival a Suiza y no a Francia, que, al menos sobre el papel, parece un pelín más asequible.

No es cuestión de echar las campanas al vuelo, pero tampoco me gusta mirar para otro lado cuando observo a tanto ‘listo’ que en cuanto puede pasa de ponerle palos a las ruedas a subirse directamente en el carro de la victoria. Ni tanto, ni tan poco.

No me gusta mirar para otro lado cuando observo a tanto ‘listo’ que pasa de ponerle palos a las ruedas a subirse al carro

En estos tiempos tan extraños y complicados que está viviendo nuestro planeta, donde ya hasta la celebración de unos Juegos Olímpicos se puso en duda, esta Eurocopa está siendo una especie de bálsamo anímico, mostrándonos las más diversas realidades, desde estadios llenos hasta otros con bastante menos aforo, pero ya, en todos los casos, con presencia de público en las gradas.

Lo que debemos hacer es disfrutar de lo que venga. Y no únicamente de lo que venga de nuestro equipo, sino también del resto de supervivientes de esta Eurocopa que, con el paso de los días, ha ido enganchando cada vez a más seguidores.