olabe
Autor: Marco Antonio Sande Desde que las redes sociales entraron en nuestras vidas, nuestras vidas ya son redes sociales. Así que el gran peligro es quedarse atrapado en ellas. Antes tu sentencia se dictaba desde los patios y ahora los
Si te has bautizado en el barro, o si te has tatuado las cachas con el roce del asfalto y la gravilla, sabes bien que esto del fútbol ha pasado a ser algo así como un restaurante de comida rápida:
La vida es cambio y adaptación al medio. No lo digo yo, lo hemos estudiado en el cole. Cuántas tardes le hemos dedicado al viejo Darwin. Pero ni con esas, aquí hay quien sigue empeñado en no bajar del árbol.
Que la Real Sociedad y su gente tienen sed de títulos es evidente. Sólo hay que mirar de frente a un canterano. Hay hambre. Mucha. Hace 34 años que no se levanta una copa (deportiva) en San Sebastián, y ya
Hay quien visita el Camp Nou y aparca el autobús en doble fila a la altura de la frontal del área. Los hay que tratan de juntarse en bloque medio y dejar el menor espacio posible en la zona de
¡Ha nacido! Hoy comienzo con una expresión que se ha hecho viral entre los seguidores de Tiempo de Juego, y que fue creada por el talento para la anticipación intelectual del inigualable Tomás Guash. Bryan Gil es la nueva versión del «ratón
Sí, a ver. Lo más fácil es nadar a favor de corriente. Pero a mí desde que era niño me gustaba esa frase que decía: sólo los peces muertos siguen la corriente del río. La verdad es que, como dicen en
No lo haré, Imanol. No pediré tu dimisión. Ni dentro de 15 partidos ni hasta el final de mis días. Porque eres un tipo honrado y no te lo mereces. Caerás, como caen todos, pero con la cabeza más alta
Estamos viendo la mejor versión de Roberto Olabe como líder del proyecto deportivo de la Real Sociedad. Es verdad que a muchos todavía nos cuesta digerir sus engoladas ruedas de prensa, pero cada vez es más empático. Ahora bien, al
Todavía teníamos el cuerpo caliente por lo de Martin Odegaard. Una muestra más del embuste en el que nos enreda siempre el fútbol moderno, donde la palabra vale menos que un Plastidecor blanco. Habíamos apagado las luces en señal