El Valencia CF visitaba San Mamés con la intención de romper las estadísticas. El Athletic Club nunca había marchado por detrás en el marcador en la presente campaña. Tampoco había concedido ninguna derrota, ni tan siquiera había encajado gol en San Mamés. Incluso, el cuadro ché nunca había vencido en el Nuevo San Mamés. Aun así, los de Albert Celades salieron a morder evocando al Valencia de las dos pasadas campañas: 4-4-2, contraataque y presión alta. Y obtuvo recompensa. Foto: AFP.

El primer tiempo comenzó con el Athletic Club y el Valencia alternando posesiones y ocasiones. Maxi Gómez tuvo la primera en el minuto 4, aunque su potente remate se marcharía desviado por poco. El ariete uruguayo se erigiría como uno de los jugadores más peligrosos en el primer cuarto de hora, aprovechando las caídas a banda de Rodrigo para restar como único punta en el área. El Valencia tomó la posesión del partido y bailó al Athletic Club en el tramo medio de la primera mitad, aunque el cuadro ché evocó al pasado de nuevo.

En el 26′, un córner local fue despejado por Dani Parejo, que arrancó el contraataque que continuaría Rodrigo. El hispanobrasileño cedió el balón a Maxi en el centro del campo -en posible fuera de juego-, y el uruguayo sirvió un esférico al hueco hacia Ferran que el de Foios terminaría por aprovechar para asistir a Cheryshev, que tras una gran galopada sería el encargado de finiquitar un contraataque de libro, como los de antaño. Recompensa al gran juego desplegado por los pupilos de Celades durante los primeros 45 minutos, donde se vio al mejor Valencia de lo que llevamos de temporada.

Tras el paso por los vestuarios, el Athletic Club salió mucho mejor. Fue capaz de recuperar la posesión del balón y de comenzar a percutir por el centro por mediación, sobre todo, de Iñaki Williams. El delantero bilbaíno tuvo una clarísima oportunidad de anotar el 1-1 en el minuto 54, cuando su remate desde la frontal del área pequeña fue repelido por Cillessen, cogió el rebote y desde la misma posición la estrelló en el poste. El Valencia trataba de salir al contraataque, pero su efectividad decreció.

Aun así, el Valencia continuó con la solidez defensiva que le caracterizaba con el 4-4-2 y que había perdido en los últimos encuentros. El conjunto vasco se volcaba en el área ché con la intención de sumar un punto, pero la retaguardia valencianista se mantuvo firme y el Valencia conquista el nuevo San Mamés por primera vez en su historia.