En el partido Valencia, en la nublada tarde de sábado, al equipo ché le tocaba pelear contra infinidad de factores. La dinámica del equipo, la sequía de victorias en Mestalla ante el FC Barcelona y la notable baja de Dani Parejo. Todos ellos, combinados, presagiaban un encuentro más que complicado donde los pupilos de Celades deberían luchar de valiente para ofrecer una mejor imagen que en el encuentro de la primera vuelta, en el debut del técnico catalán. Y lo hizo: tarde mágica en Mestalla con un triunfo por 2-0.

Así, el encuentro dio comienzo con un claro dominio del juego por parte de un FC Barcelona que, tras la llegada de Setién, no había bajado del 78% de posesión. Pero las ocasiones más claras de la primera mitad tuvieron sello valencianista. La más clara aconteció en el 10′, cuando Soler filtró un gran pase a Gayà para que el futbolista de Pedreguer sorteara a Sergi Roberto y, cuando iba a disparar, Piqué le hizo penalti claro. La pena máxima lanzada por Maxi Gómez la repelió Ter Stegen y el electrónico no se movió.

El Barcelona seguía con su monólogo en la posesión, pero sin apenas crear peligro, más allá de dos faltas directas lanzadas por Leo Messi que no consiguieron su objetivo. En torno al 30′ de juego, el Valencia gozó de grandes oportunidades en su cénit de juego en la primera mitad. Primero, un disparo seco y fuerte de Maxi Gómez se estrelló en el palo tras el desvío blando de Ter Stegen. Posteriormente, el rechace le cayó a un Gameiro que, con la zurda, forzó la gran estirada del guardameta alemán.

El Barcelona pudo hacer frente al vendaval ofensivo de un Valencia que disfrutaba jugando al contraataque ante un Barcelona poco incisivo. En las postrimerías de la primera parte, la grada de Mestalla explotaría ante Gil Manzano después de que el colegiado extremeño detuviera un contraataque donde Ferran marchaba solo hacia la portería visitante. El propio árbitro pidió perdón cuando vio que la perla de Foios se iba solo, pero ello no detuvo el concierto de pitos.

En la segunda mitad, la falta de suerte de cara a puerta del Valencia se compensaría en el 47′. Maxi Gómez recogió el esférico en la zona diestra del área y, a la tercera, efectuó un disparo que tocó en Jordi Alba y se introdujo en la portería. Mestalla explotó, esta vez de euforia. Tras ello, el Barcelona reaccionó y, esta vez sí, resultó mucho más incisivo en sus jugadas gracias a las continuas apariciones de Leo Messi. El astro argentino remató con la zurda, con la diestra e incluso de cabeza. Pero todas sus acciones se marcharon fuera por muy poco, o bien se encontró un Jaume Doménech que anduvo confiado.

Para zafarse del agobio culé, qué mejor forma que sentenciando el partido. Corría el minuto 77 cuando Ferran Torres realizó un bonito sombrero a Umtiti, fue al centro y encontró a un Maxi Gómez desmarcado tras la ayuda de Carlos Soler. El uruguayo controló y cruzó el esférico para que Ter Stegen hiciera la estatua. Se caía Mestalla con el ariete de Paysandú. Incluso pudo anotar el tercero el Valencia pocos minutos después, pero el tanto de Gabriel Paulista a la salida de un córner fue anulado por una falta a Busquets.

El Barcelona murió matando, y Leo Messi dispuso de dos nuevas oportunidades para batir a un Jaume excelso. Primero, con una falta en una posición ideal que se marchó muy lejos, consecuencia de un mal partido del argentino. En los instantes final, un disparo cruzado que se encontró con el portero de Almenara. Finalmente, Gil Manzano decretó el final y Mestalla festejó un triunfo ante el Barcelona que no se producía desde hace trece temporadas.