El valenciano Carlos Soler es el nombre de las últimas semanas junto con el de José Luis Gayà. Sin embargo, ha diferencias entre uno y otro porque el lateral ya está más que consolidado en la élite, es el lateral de la selección española desde hace un año y lleva seis años a gran nivel, sobre todo los tres últimos en el primer equipo.
Soler, sin embargo, iniciaba esta campaña con la enorme responsabilidad de coger el testigo dentro del vestuario de jugadores tan importantes como Parejo, Rodrigo o Garay por peso específico, pero principalmente iniciaba un curso donde todo el mundo espera su explosión definitiva y principalmente en la posición que a él más le gusta que jugar, que es la de mediocentro y no en banda donde le ubicó Marcelino hace tres temporadas y media.
A sus 23 años el futbolista, que fue renovar el pasado mes de diciembre con uno de los mejores sueldos de la plantilla, se vio afectado por el COVID-19 en marzo y también al regresar de la pretempora, lo que le hizo perderse toda la preparación previa, mucho más corta que otros años por los problemas generados por la pandemia, y Gracia no pudo probarlo en ningún amistoso en ninguna de las posiciones.
A la mala suerte del virus se le añadió una lesión muscular antes de la segunda jornada que le hizo tener que esperar para jugar 10 minutos de competición hasta el tres de octubre ante el Betis y a partir del anterior parón de selecciónes ha sido cuando Soler ha empezado a jugarlo todo. Soler lleva cuatro titularidades, las cuatro tras el parón y las cuatro en el centro del campo.
NO HA PARADO DE CRECER
Ese es el momento en el que ha empezado la temporada de verdad para Soler, el pasado 18 de octubre ante el Villarreal el valenciano tuvo su primera titularidad de la temporada y lo hizo cogiendo galones y asumiendo muchas responsabilidades que hasta hace un mes estaban en la mochila de Dani Parejo, casualmente ese día fue rival en el equipo castellonense.
Excepto el dorsal 10, Soler ha heredado la posición, la capitanía y lanzar penaltis y faltas
Soler no ha parado de crecer en el último mes y poco a poco a ido dando un paso adelante para ir cogiendo responsabilidad. De entrada se ha lanzado en plancha para ser uno de los líderes del nuevo vestuario y es ya, sin dudas, uno de los hombres fuertes de ese vestuario siendo nombrado uno de los cuatro capitanes del equipo. De hecho, sus palabras tras el partido en Elche, donde el equipo tocó fondo y dio una imagen muy negativa fueron claras y lanzando un mensaje a todo el vestuario.
A partir de ahí, dos partidos donde a Soler le ha cambiado la vida. El técnico, Gracia le ha dado confianza, obligado por las necesidades, en el centro del campo y el valenciano cada partido se lo cree más y desarrolla más como organizador, aunque todavía tiene mucho recorrido por mejorar. Gracia le ha dado la confianza como lanzador del equipo, heredando así una faceta que hasta el pasado mes de julio era coto privado para Parejo. Ahora, el nuevo lanzador de faltas escoradas para un diestro es Soler, el lanzador de los córners es Soler y el lanzador de los penaltis es Soler.
Desde lo 11 metros ha sido clave para que el Valencia CF haya sumado 4 puntos en los últimos dos partidos ante Getafe y Real Madrid. Con personalidad lanzó el penalti en el 94 ante los azulones para rescatar un punto y con mucha valentía transformó tres penaltis ante Courtois el pasado domingo, después de fallar el primero que tuvo que ser repetido.
En definitiva, Soler ha dado el paso adelante tanto dentro como fuera del terreno de juego, y únicamente no ha podido heredar el dorsal de Parejo porque el presidente quería dárselo a Kangin Lee por el mercado asiático. Finalmente el diez no fue para nadie y Soler sigue con el ocho que de momento le ha dado para ser el nuevo diez del Valencia CF.
