Ferran Torres quiere seguir en el Valencia CF pero quiere que el Valencia CF la valore como se merece su proyección y sobre todo como el rol que el propio entrenador le otorga al futbolista, que se ha convertido en los últimos tres meses en el mejor jugador de ataque del equipo blanquinegro. Los 5 goles y 7 asistencias que suma el valenciano desde que comenzó a ser titular a finales de octubre le convierten en el arma más decisiva del Valencia CF en los últimos meses.
Esa explosión del jugador ha cogido al club a pie cambiado porque nadie esperaba que su rendimiento fuera tan decisivo para el equipo casi de la noche a la mañana y ahí radica el problema. En la poca confianza que se mostró desde el club en que Ferran pudiera terminar convirtiéndose en lo que ya es. El jugador ha sentido poca confianza por parte del club en los últimos años y por eso ahora aprieta al máximo en la negociación para su renovación, porque cree que se lo ha ganado por merecimientos propios.
La historia se remonta al momento de su ascenso al primer equipo que no fue natural ni porque el entonces entrenador confiara ciegamente en él. Ferran estaba disputando el Mundial sub-17 de la India y el Barcelona comunicó a sus agentes la intención de pagar los ocho millones de euros de su cláusula para fichar al jugador. El Valencia CF se vio con el agua al cuello porque iba a perder a una de sus mejores promesas y actúo por medio de Mateu Alemany que ejecutó la cláusula unilateral que el club tenía por contrato para subirle la cláusula al futbolista hasta los 25 millones de euros a cambio de hacer a Ferran jugador de la primera plantilla.
Marcelino le comunicó en pretemporada que era la cuarta opción para el extremo derecho por detrás de Soler, Rafinha y Kangin
Marcelino era el entrenador y no contemplaba al futbolista para el primer equipo porque pensaba que no estaba preparado. De hecho, el club apuró al máximo los tiempos porque desde que subió al jugador al primer equipo, noviembre de 2017, hasta que inscribió al jugador, final enero de 2018, porque el técnico quería a Ferran en el filial. Ahí, empezó el divorcio entre las partes. Marcelino trató de convencer a Ferran en una habitación en Paterna de que no firmara su ficha con el primer equipo porque no iba a tener minutos y el jugador se negó y obligó al club a hacerle fichar de primera plantilla para ejecutar su nueva cláusula y evitar su fuga al Barça. El jugador siempre quiso quedarse porque contractualmente estuvo tres meses en el limbo y podría haberse ido por ocho millones al equipo catalán.
Sin embargo, lo peor no fue ese episodio. El problema fue el siguiente año y medio en el que Ferran nunca sintió la confianza del entrenador, que le metió una presión enorme al futbolista en cada entrenamiento llegando a mermar mucho la confianza. En el club siempre supieron de ese desencuentro entre entrenador y futbolista, pero fue Mateu Alemany el que siempre apostó por el jugador. De hecho, el mallorquín fue el que siempre medió entre las partes para que Ferran siguiera en Mestalla y fuera teniendo minutos.
Este verano la situación se recrudeció porque Marcelino tenía decidido dar salida al jugador valenciano. El asturiano le comunicó a Ferran el primer día de pretemporada que era la cuarta opción para el extremo derecho porque contaba por delante con Soler, Rafinha (con el que había un acuerdo) y la propiedad quería a Kangin en el primer equipo y Marcelino lo prefería por delante de Ferran.
Pese a lo que pueda pensar el aficionado, Ferran nunca recibió el apoyo de la propiedad en su problema con Marcelino y sintió que la apuesta era Kangin. En verano el jugador tuvo una propuesta de Alemania para ir cedido que Marcelino le dijo que aceptara pero que Lim, que ya sabía que iba a despedir al técnico había bloqueado todas las decisiones que tomara el asturiano y por eso Ferran siguió. La llegada de Celades fue mano de santo para el valenciano que poco a poco empezó a recibir oportunidades pero tuvo que esperar a las lesiones de los demás para entrar en juego.
Ferran piensa que la apuesta era Kangin y que él ha roto por empeño y ganas de demostrar su valía
Ahora, Ferran es uno de los jugadores de moda de la Liga e incluso está muy presente en los pensamientos de Luis Enrique para ir a la selección española en la próxima lista y tiene opciones de Eurocopa. Todo eso le llega al jugador en mitad de una negociación para renovar un contrato que finaliza en junio de 2021 y que el Valencia tras la salida de Alemany tardó casi tres meses en comunicarle que quería renovarlo.
El futbolista es valenciano, valencianista y está cumpliendo el sueño de su vida. Ahora bien, también sabe lo que quiere y como todos los futbolistas quiere sentirse valorado. Por eso, no está dispuesto a firmar una renovación en condiciones desfavorables de mercado porque cree que ahora mismo está al nivel de los mejores pagados de la plantilla y el club sigue situándole en su propuesta en un escalón inferior. En las próximas semanas seguirán las negociaciones para renovar. Esa es la intención del jugador, pero también el club debe apostar firme por el mejor activo que ahora mismo tiene en su plantilla.
