El Ontinyent CF empezó el año 2017 en Tercera División, en quinta posición a 2 puntos del play-off a Segunda División B, y lo termina en la misma posición, pero de la categoría de bronce en un año casi perfecto que le deja como uno de los mejores equipos de la Comunidad Valenciana.
Cuando el 2017 dio su pistoletazo de salida en lo que se refiere a nivel futbolístico, nada hacía presagiar lo que se viviría en la entidad de la Vall d’Albaida ese mismo año. Tras arrancar con un empate a 0 ante el Novelda el Ontinyent CF bajó hasta la sexta posición, algo que poco a poco fue cambiando, hasta que en la jornada 27 se metió en puestos de play-off para no volver a salir de dichas plazas.
El club disputaba su tercera promoción de ascenso a Segunda B de forma consecutiva, y después de una igualadísima primera ronda frente al Terrassa, el club dirigido por Miguel Ángel Mullor hizo la machada de remontar un 1-2 a domicilio para acceder a la gran final por el ascenso. La eliminatoria les enfrentaba al Alavés ‘B’ y, en una de las mejores primeras partes en mucho tiempo, el Ontinyent consiguió ganar por 3-0 y encarrilar, o eso parecía, el ascenso.
Suele decirse que las cosas cuanto más sufridas, más hermosas, y eso debió pensar el conjunto blanquinegro, que vio como los vitorianos le devolvían el 3-0, y el ascenso se definiría desde los 11 metros, donde apareció Iván Vallés, que pasó de ser un actor secundario durante la campaña, a convertirse en el gran protagonista parando dos penaltis para, tras el gol de José Antonio Soler, certificar el ascenso a Segunda B.
Lo que parecía que iba a ser todo alegrías, empezó a torcerse a finales de julio, cuando Miguel Ángel Mullor, el técnico del ascenso, dejó el club, y la entidad de El Clariano vio como, a poco más de 3 semanas de iniciar la liga, no había ni entrenador ni jugadores que conformaran la plantilla.
Con la llegada de Vicente Parras se volvió a reconstruir la plantilla, con jugadores ya conocidos por el nuevo técnico, y otros que se adaptaban al perfil que él pedía, pero el equipo tardó en arrancar, pues necesitó de algo que desde el cuerpo técnico se consideró «alargar la pretemporada» y que terminó convirtiéndose en un título, el de campeones de la fase autonómica de la Copa RFEF.
Los resultados en liga empezaron a llegar, pero solo a domicilio, donde el club se mostraba casi intratable, pero en su feudo, en El Clariano, las cosas no terminaban de salir bien, y los 4 primeros encuentros frente a su público terminaron en 1 empate, 3 derrotas y ningún gol a favor.
El punto de inflexión llegó en la jornada 8, cuando el Ontinyent cayó en el Martínez Valero frente al Elche, de penalti y en el último suspiro, algo que parece despertó la fiera dormida, ya que desde entonces el conjunto de Vicente Parras no ha vuelto a conocer el amargo sabor de la derrota. Un total de 11 jornadas sin perder que han llevado al Ontinyent a codearse con los mejores de la categoría.
Al igual que 2016, el 2017 acaba con el Ontinyent CF en quinto lugar, pero una categoría superior, convirtiéndose, al menos por puntos y posición en el sexto mejor equipo de toda la Comunidad Valenciana, tercero de la Provincia de Valencia, tras el Valencia, Villarreal, Levante, Villarreal B y Elche, en ese mismo orden, algo impensable hace ahora un año, y que ha llevado al equipo a estar viviendo en una nube de la que no parece tengan ganas de bajar, y que les ha permitido, después de más de 6 años, volver a colocarse, al menos una jornada, en puestos de promoción a la Segunda División.
Todavía no se conoce el final de este cuento para el Ontinyent, pero si algo parece claro, es que se ha vivido el mejor año natural en mucho tiempo, y donde el club, a pesar de algunos altibajos o momentos de tensión, ha gozado de alegrías constantes, y no quieren ni escuchar hablar de aquel refrán que dice ‘año nuevo, vida nueva’, pues 2017, ya para siempre, será un año tan histórico como quizás inesperado.