Próximo a cumplir 42 años, el central vallisoletano del Muro no ha perdido un ápice de la profesionalidad que ha llevado como bandera durante su dilatada trayectoria deportiva. Debutó con diecinueve en Primera División con el Real Valladolid, uno de los numerosos clubes por los que ha pasado, casi todos de Segunda y 2ªB. Xavi Barrachina
¿Qué mueve a Garrido para seguir jugando a fútbol a sus casi 42 años?
La clave es que sigo teniendo ilusión por jugar. Siempre he vivido del fútbol y lo sigo haciendo ahora, jugando en el Muro y entrenando a niños en el infantil autonómico del Alcoyano. Por desgracia, lo que se cobraba en otras épocas ha pasado a la historia. Ahora estamos en otra etapa, de crisis, conocida por todos, pero hay que seguir tirando para adelante.
Te formaste en un club vallisoletano. Cuéntanos.
Sí, en mi etapa de formación estuve a caballo de las categorías inferiores del Real Valladolid y en la Sociedad Deportiva Michelín, que fue donde comencé a jugar a fútbol. Allí estuve hasta juveniles, que fue cuando me llamó el Valladolid para su equipo de Liga Nacional, que entonces era una sub-19, como la primera división de juveniles. Y de ahí al Valladolid B, que militaba en Segunda B.
Estando en el Valladolid B te llegó la gran oportunidad de tu vida.
Así fue. Debuté en Primera División con el primer equipo del Real Valladolid. Jugué de titular los dos últimos partidos de liga. Uno en San Mamés ante el Athletic de Bilbao y otro en Zorrilla frente al Sevilla. Marcar a futbolistas consagrados y destacados del momento como Valverde o Suker fue lo máximo. Para mí es el recuerdo más bonito que tengo de mi vida futbolística, jugar en Primera con 19 años fue increíble. En el plano institucional fueron circunstancias difíciles porque el equipo descendió a Segunda. No tuve oportunidad de seguir en el Valladolid porque las urgencias al año siguiente para volver a Primera eran grandes.
Seguiste en el filial pucelano dos temporadas más en Segunda B, haciéndolo muy bien, lo que te valió para fichar por el Toledo allá por el ’94.
Cierto. Busqué nuevas etapas para seguir disfrutando del fútbol en Segunda División. En Toledo estuve genial. Fue un año muy bueno tanto a nivel de equipo como en el plano personal. Jugué más de veinte partidos en Segunda con 21 años, lo cual fue muy enriquecedor para mí.
En la segunda temporada en Toledo, decides marcharte a Huesca.
Sí, fue en el mercado invernal cuando surgió la posibilidad de irme a tierras aragonesas. Estaban en el Grupo III de Segunda B y pasaban por un mal momento, pues éramos colistas cuando llegué. Logramos salvar la categoría, que era el objetivo y estoy muy contento de haber tomado esa decisión porque era un reto interesante y terminó muy bien.
A la siguiente continúas en Huesca pero llega la llamada del Levante UD.
Así fue. También en el mercado de invierno. Ya renové con el Huesca con la condición de que si llegaba un equipo de superior categoría me dejarían marchar. Me llamó Mané y no me lo pensé. Era un equipo con historia, en una ciudad grande como Valencia, con mucha repercusión. Además me reencontraba con la Segunda División, cosa que echaba de menos. Jugamos grandes partidos. Pasé medio año impresionante y terminamos en la novena plaza.
Al año siguiente se repite la historia y, tras no contar demasiado te machas a Tarragona.
Mané se marchó, así como también Juan Carlos el secretario técnico. Los nuevos técnicos deciden no contar conmigo y por eso busco la salida del Nastic de Tarragona, en Segunda B. Era un club que siempre estaba arriba, jugando play-offs, pero nos quedamos a mitad de tabla aquella temporada.
Más tarde llega tu primera etapa en Cartagena.
Fiché por el Cartagena en el ’98, también en el Grupo III de Segunda B. Estuve allí dos temporadas. Era un equipo recién ascendido y la primera campaña fue espectacular. Quedamos subcampeones, marqué cuatro goles y jugamos el play-off de ascenso a Segunda División. Pese a recordarlo con cariño, viví el momento más amargo de mi carrera futbolística. La promoción se jugaba por el método de liguilla y nos tocó Córdoba, Racing de Ferrol y Cultural Leonesa. Teníamos el ascenso en la palma de la mano, pues habíamos ganado tres partidos y empatado uno. Con un punto más estábamos en Segunda. Lamentablemente perdimos los dos últimos choques contra el Córdoba. El primero por 2-0 allí. Y el segundo lo perdimos en casa por 1-2. Fue un mazazo terrible. La segunda temporada comenzamos muy bien, pero en Navidad el míster creyó oportuno cambiar gente y desestabilizó la plantilla. De estar en play-off acabamos octavos en una segunda vuelta para olvidar.
Tras tu primer paso por Cartagena te marchas al Castellón, sin abandonar el Grupo III de Segunda B.
La verdad es que fue un poco sin querer, porque yo estaba muy a gusto en Cartagena, incluso me había comprado un piso allí, con la intención de quedarme. Pero me fui a Castellón, un equipo cuyo objetivo era claramente el ascenso a Segunda. Peleamos hasta el último momento, pero no pudo ser y quedamos décimos al final.
Damos un salto para hablar de la situación actual del Castellón. ¿Qué te parece que un histórico como el club albinegro esté ahora en Tercera y encima pasándolo mal deportiva e institucionalmente?
La verdad es que es muy lamentable la situación que describes del Castellón. Es un club histórico en el que las cosas no se han hecho bien y ahora nos encontramos con un club desmantelado, con una deuda muy grande. Espero que no descienda esta temporada porque podría ser el fin del club, cosa que no se merece ni la ciudad ni la afición.
Cambio de aires radical tras tu paso por Castalia, ¿no? Porque emigras hacia tierras gallegas.
Fiché por el Racing de Ferrol. Me conocían del play-off con el Cartagena. Para mí significaba reencontrarme de nuevo con la Segunda División a mis veintinueve años y no me lo pensé. Recuerdo que llegué tarde, en agosto. Hicimos una gran temporada, quedando novenos, una de las mejores campañas que se le recuerdan al Ferrol. Estoy muy satisfecho con la campaña del equipo y la mía en particular, jugando 25 partidos. La Malata era un campo espectacular para jugar a fútbol. Los pocos españoles que habíamos en el equipo hicimos muy buenas migas. Aquello parecía la ONU (risas). Hice amistades en el fútbol y fuera del fútbol, que es al final lo que te queda, lo más bonito de este deporte.
En el 2002 retornas a Cartagena, sólo dos años después.
Sí. Luis Oliver coge el club y me convence para que vuelva, aunque tenía otras ofertas, y acepté. Pudo más el cariño por el club y la ciudad, pero la mala gestión desmoronó el club en tan sólo dos meses. No volvimos a cobrar más en toda la temporada y lo pasamos francamente mal. Menos mal que teníamos un equipazo, con Iván Iglesias, Chicha, etc… Futbolistas que habían jugado en Primera y Segunda División.
Tras esa “mala” experiencia, ¿dónde te vas?
Me quedaba otro año en Cartagena, pero Oliver vendió el club y querían que el nuevo dueño se hiciera cargo del 50% de la deuda que tenían con nosotros, pero desistiendo del año o dos años que tenían firmados algunos compañeros. Decidimos aceptar para que el club no desapareciera y optamos por coger ese 50%, renunciando al contrato que nos quedaba. Pero con todo el lío nos plantamos en agosto, con pocas opciones ya para elegir equipo. Zamora fue la opción que elegí yo. Estaba cerca de mi tierra, realmente fue el año que estuve más cercano a Valladolid. Fue un buen año en el sentido de que las instalaciones del club y la gente era impresionante. Me trataron muy bien, como en todos los sitios donde he estado, pero el objetivo no se consiguió.
Y al año siguiente recalas en el CD Alcoyano, donde “echas raíces”.
Cierto. Me quisieron renovar en Zamora, pero por no habernos metido en play-off el año anterior nos quisieron rebajar el sueldo. No lo vi bien porque en mi opinión no habíamos estado tan mal y decidí escuchar ofertas. Recalé en Alcoy de la mano de Varila y al final ha sido el club en el que más tiempo he estado, un total de cinco temporadas. De hecho tengo un hijo que es alcoyano y el mayor llegó aquí con cuatro años. Alcoy te atrapa y la familia está muy a gusto aquí, que es donde vivimos hace años. Mi mujer está encantada en Alcoy y la familia viene a vernos a menudo. Aunque al principio fue duro, pues cuando llegamos en Agosto aquí no hay nadie y parecía una ciudad desierta (risas).
En Alcoy conseguisteis éxitos, pero al mismo tiempo pasaste uno de tus tragos más amargos. Cuéntanos.
Así fue. El primer año, con un equipo recién ascendido a Segunda B quedamos quintos, clasificándonos para la Copa del Rey. Renové y al año siguiente eliminamos en Copa a Mallorca y Ferrol, eliminándonos el Atlético de Madrid. Hicimos una temporada espectacular, quedándonos de nuevo a las puertas del play-off. El tercer año eliminamos en Copa al Rayo y nos tocó el Barcelona en la siguiente eliminatoria. Para nosotros fue increíble aquella eliminatoria. Jugamos promoción de ascenso con Juan Ignacio Martínez como entrenador. En Burgos empatamos a cero, igual que en la ida. Y en la tanda de penaltis fallé el definitivo. Me quedé muy tocado por aquello.
A aquellas grandes temporadas del Alcoyano le siguió una mejor incluso.
Correcto. Antes, en la cuarta temporada no nos clasificamos para la promoción. Pero el quinto año conseguimos el campeonato de liga jugando además un fútbol espectacular. Pero llega el play-off y aquel fatídico último minuto en el Collao, donde un error puntual nos privó del ascenso frente al Cartagena. Tuvimos otra oportunidad en la repesca frente al Alcorcón, pero nos eliminó, una lástima. El destino ha sido injusto conmigo en las fases de ascenso porque me he quedado a las puertas en varias ocasiones.
Tras cinco temporadas en el Alcoyano y con 38 años fichas por el Gandía.
Sí. En Alcoy deciden no renovarme. Se torció la negociación. Y Marcos Estruch me lleva al Gandía, que estaba en Tercera División. Era una buena opción para seguir disfrutando del fútbol y además no mover a mi familia de casa. Quedamos campeones de liga y ascendimos a Segunda B. Otra vez se presentaba la ilusión de volver a la categoría de bronce. Fui renovando y al tercer año se torcieron las cosas por el tema de los impagos. A la plantilla nos afectó muchísimo porque muchos compañeros sostenían su casa de lo que sacaban del fútbol. El equipo descendió. La cabeza no estaba sólo en el terreno de juego y eso fue definitivo.
Y la pasada temporada llegas a Dénia.
Cierto. El fútbol son dinámicas, está claro. Y en Denia se demostró. Empezamos muy bien, cuartos incluso. Pero comenzamos a no ganar y nos fuimos metiendo abajo. Partidos que teníamos controlados se nos escapaban en el último momento. Teníamos equipo para no sufrir e intentar estar arriba. Pero como te digo, las dinámicas marcan mucho y al final descendimos lamentablemente.
Este año te reencuentras en Muro con Pepe Aroca. Cuéntanos cómo se produjo.
Pepe Aroca fue mi primer entrenador en el Alcoyano. Me enteré que iba a coger el Muro y le comenté que yo tenía la intención de seguir jugando a fútbol tras dejar el Denia. La cosa se concretó y aquí estoy. Algunos podrían pensar que venía a Muro a pasar el año, pero él me conoce bien y sabe que soy un profesional, que me integro en el vestuario y que intento ayudar siempre con mi experiencia a los más jóvenes sobre todo. En este momento los que no me conocían ya me conocen y el tiempo creo que me ha dado la razón.
Centrándonos en la temporada del Muro, comenzasteis muy bien, ocupando incluso plaza de play-off muchas jornadas, pero pasasteis un bache de resultados.
Así fue. Pero la mala racha pasó y ahora hemos vuelto a ganar partidos, acercándonos incluso a la zona de play-off. Una lástima no haber conseguido traernos algún punto de Paterna, pero nosotros vamos a seguir luchando por quedar lo más arriba posible en estos cuatro partidos que nos quedan, aunque los equipos que están comandando la tabla están muy fuertes y no fallan.
Pero el objetivo del Muro esta temporada no era otro que mantener la categoría, ¿verdad?
Correcto. Pero cuando te ves ahí arriba como en la primera vuelta te ilusionas, te motivas. Ahora nos sabe mal que a estas alturas tengamos pocas opciones. Pero siendo sinceros lo importante, que es la permanencia, se ha conseguido con creces.
Ya jugaste en la Tercera Valenciana con el Gandía, el año pasado con el Dénia y ahora con el Muro. ¿Qué opinión tienes de la categoría?
Los presupuestos se han igualado muchísimo. Años atrás había mucha gente que venía de Segunda B, incluso que habían jugado en Segunda A. Pero ahora todo está mucho más igualado. La liga es muy competitiva. Puedes ganar al primero y después perder con el último y eso es muy emocionante y bonito para el espectador. Aquí no se puede menospreciar a nadie.
He leído por ahí una definición de Garrido como futbolista que me gustaría leerte: “Garrido es un central corpulento, fuerte, buen marcador y sobrio en defensa. Un central de rompe y rasga, contundente, que va muy bien de cabeza”. ¿Te sientes identificado?
Es muy complicado definirse a uno mismo, pero entiendo que soy así. Como se suele decir, soy un futbolista de la vieja escuela (risas). Duro, agresivo, intento darlo todo en cada partido. Por mi altura voy bien de cabeza. Y con los años de experiencia lo que aprendes es a aprovechar una buena colocación en el campo para suplir lo que la edad te va quitando.
¿Te has marcado año de retirada?
Cuando compañeros como Ricardo Cavas, Carrasco, Carrión, etc… me preguntan cuando nos enfrentamos sobre la retirada les dijo: “me retiraré cuando tú te retires” (carcajadas). Hablando en serio, mientras confíen en mí y el físico me lo permita yo no voy a dejar el fútbol. El fútbol tendrá que dejarme a mí porque yo no lo voy a hacer.
Ahora compaginas tu faceta como jugador con la de entrenador de fútbol base. ¿Qué intentas transmitirles?
Sí, es algo que me encanta. Los chavales que entreno, que ya son infantiles, saben lo que se traen entre manos. Juegan una competición ya seria y fuerte. Lo primero que intento transmitirles es el respeto a todos, tanto compañeros, como rivales, árbitro y afición. Y por supuesto que se diviertan. Eso es lo principal y lo más importante.
Vamos a hacer una apuesta para los inminentes Premios Golsmedia. ¿Te atreves?
Claro, vamos allá. Además, estuve en una de las Galas cuando jugaba en el Gandía y me encantó. Como portero Marcano es muy solvente, aunque hay grandes guardametas en la categoría, y tanto Vicente Flor como Nico tienen por supuesto opciones para ganarlo. En defensa gente como Aridane marca la diferencia como ya demostró en la pasada edición. Este año pasa lo mismo con Soldevilla. En el centro del campo yo hubiera votado por Víctor Banegas, al que tuve como compañero en Dénia y me parece muy completo en todos los sentidos, pero José Sánchez, Cañadas y Vivanco, que son los nominados, son grandísimos futbolistas. En la parte de arriba, hay muy buenos delanteros pero quizás Alberto Bielsa tenga más mérito por el gran número de goles que lleva en un equipo que no es de los punteros como el Acero, con lo cual resulta más complicado hacer goles. Siempre me ha gustado Civera, que ahora está en Utiel, y también veo buen delantero Cubillas, del Villarreal C. En el tema del entrenador me pillas un poco… No está nominado, pero me ha sorprendido la manera de gestionar el equipo de Rubén Albes en el Novelda. Empezaron mal pero se ha amoldado a lo que tiene y ha conseguido llegar al final con opciones reales de meterse en play-off. Tanto Escudero, Ponz y Gutiérrez han cuajado muy buena temporada en sus equipos, así que cualquiera que se lo lleve será bien merecido.
Siguiendo con las apuestas, ¿quién crees que acabará metiéndose en play-off?
Hace pocas jornadas estaba todo muy abierto, aunque parece que los tres primeros, Eldense por supuesto, Alzira y Paterna, estarán. El Orihuela lo está pasando mal para no ser cogido por los perseguidores, y uno de los que puede arrebatarle el puesto es el Novelda. Ojalá pudiéramos haber llegado nosotros.
¿Sigues habitualmente Golsmedia?
Por supuesto. Hacéis un gran trabajo por el fútbol regional valenciano y ojalá sigáis así muchos años. Estoy muy bien infomado sobre todo de lo que pasa en el Grupo VI de Tercera, que es el que más me interesa.
Desde aquí agradecerte tu atención y desearle al Muro que termine la temporada lo más arriba posible.
Muchas gracias a ti por haber pensado en mí y ojalá sea interesante para los lectores. Espero que todo vaya bien en la Gala y que sigáis con el éxito tan merecido que estáis teniendo.
