El filial del Submarino Amarillo cuenta sus partidos por victorias después de un último triunfo en el que supieron controlar a todo un aspirante al ascenso como el Hércules para después darles la puntilla con sendos dobletes.
Nueve de nueve puntos posibles y una sonrisa de par en par. De esta forma ha dado el Villarreal B el pistoletazo de salida a un curso 2015-2016 en el que todo les está saliendo de momento rodado. Y es que, salvo la grave lesión sufrida en el duelo inaugural de Felipe, todas las noticias que llegan al seno del filial ‘groguet’ son más que positivas, desde la consagración de sus promesas hasta la rápida adaptación de las caras nuevas.
De hecho, después de la victoria en casa de la segunda jornada frente a la UE Olot (2-0) que dejó un sabor agridulce debido a que el equipo pese al triunfo no tuvo su día, los de Paco López se prepararon a conciencia para la prueba de fuego que se les avecinaba, el Rico Pérez, feudo de un Hércules que el domingo les esperaba con el cuchillo entre los dientes. El resultado de este examen fue nada menos que un cero a cuatro en el marcador y en donde el Villarreal B supo leer a la perfección el partido para después llevárselo a su terreno, es decir, aguantaron el fuerte envite de los herculanos en el primer tramo del duelo para luego castigarlos severamente al contagolpe, algo que el combinado ‘goguet’ esta temporada también tiene hombres para hacerlo.
Y es que los futbolistas de ataque del filial del Submarino Amarillo son pura verticalidad. En las bandas dos puñales como Iván Alejo y Alfonso Pedraza y en la delantera Carlos Martínez y Fran Sol, cazadores de goles con mucha movilidad que en este duelo tuvieron que ver cómo el joven Pedraza (en la foto) se encargó de abrir la lata.
Alfonso Pedraza Sag (9 de abril de 1996, San Sebastián de los Ballesteros -Córdoba-) es uno de los futbolistas con mayor proyección de la cantera del Villarreal. La campaña pasada explotó en el juvenil y pasó a contar para el Villarreal C y disputar también varios partidos con el B, algo que le sirvió para debutar bajo las órdenes de Marcelino en Primera División ante el Valencia en Mestalla. Junto a Rodri y Nahuel, este verano fue campeón de Europa Sub-19 con una Selección Española en la que dejó su sello gracias a su potencia física y larga zancada le permiten ser todo un peligro desde el extremo, ya sea para llegar a la línea de fondo o para trazar diagonales. Estas características las dejó ver también frente al Hércules, pues el extremo logró el primer gol de la tarde colándose hábilmente entre Yeray y Rafita para sacarse un disparo que acabó tocando ligeramente en Atienza sorprendiendo a Iván Buigues, y puso la guinda a su actuación con otra diana de pura potencia, ya que aprovechó una contra conducida por Iván Alejo tras un saque de esquina herculano para remachar la faena y poner tierra de por medio.
Tierra de por medio que fue a más gracias a otro de los protagonistas del encuentro, Franco Acosta, que tan sólo necesitó 25 minutos para firmar el segundo doblete de la tarde. El delantero uruguayo (5 de marzo de 1996, Montevideo ) fue uno de los fichajes más sonados del mercado invernal, ya que llegó a Vila-real con la estela de ser una de las grandes promesas del país charrúa. Sin embargo, el internacional Sub-20 aún no había podido sacar a la palestra su olfato goleador debido al siempre laborioso proceso de adaptación al nuevo entorno, algo que parece ya solucionado y que va a provocar que Paco López lo tenga más difícil a la hora de confeccionar su once.
Por último, cabe destacar el regreso a los terrenos de juego de Adrián Marín. El prometedor lateral volvió a sentirse futbolista después de superar una larga lesión en su pierna izquierda -síndrome de cintilla iliotibial- que le ha tenido apartado durante nueve meses y lo hizo a lo grande, pues estrenó titularidad y aguantó todo el partido sobre el verde, demostrando que sus problemas físicos han quedado totalmente olvidados.