Mikel Solis cierra de manera brillante el año, después de uno meses muy duros para el juvenil del Huracán. El defensa disputó sus primeros minutos en Segunda B el sábado, y contribuyó al triunfo del División de Honor, el domingo. Su hambre de seguir creciendo augura que hay jugador para el futuro.
El 2015 finaliza tras debutar en Segunda división B y con un triunfo que acerca al División de Honor al primero objetivo de la temporada, la permanencia. Dos buenas noticias para el juvenil Mikel Solis al que le ha tocado vivir unos últimos meses muy complicados. “Nunca olvidaré este momento, pero más que inolvidable diría que este gran final de año que estoy viviendo maquilla lo mal que lo he pasado, en lo personal, estos últimos meses”.
Mikel, pese a cumplir su último año como juvenil, es un habitual en los entrenamientos del primer equipo. El sábado, el técnico Raúl Garrido le dio la oportunidad de jugar sus primeros minutos en la categoría de bronce del fútbol español ante el CF Badalona. Pese a que jugó como lateral derecho, el de Puerto de Sagunto asegura que “no me esperaba debutar, me mandan a calentar y pienso que es por si algún compañero tuviera algún problema estar preparado, nada más. Fernando, que es el que manda los calentamientos, está encima de mí diciéndome que esté metido en el partido, que no se sabe que puede pasar; las condiciones y el resultado del partido acompañaban y Raúl me dio la gran oportunidad de debutar. Una vez entré al campo me olvidé de todo y solo estaba concentrado en cada acción que tuviera que intervenir hacerla al cien por cien, y sobre todo disfrutar del momento, que es lo más importante”.
El debut de un canterano como Mikel es a nivel deportivo una de las pocas buenas noticias que ha tenido el Huracán Valencia en este peliagudo inicio de temporada. El capitán del División de Honor confía seguir haciendo méritos y lograr un hueco en el primer equipo. “Siempre que lo necesiten y el rendimiento en mi equipo siga siendo el máximo, me veo con opciones. Nada más he hecho lo más fácil que es llegar, ahora me queda lo más difícil que es mantenerme y eso me motiva a seguir trabajando con mucha ilusión todos los días y aprendiendo de los grandes jugadores y personas que tiene el Huracán Valencia”.
No habían pasado ni 24 horas de su debut, cuando Mikel volvió a enfundarse la elástica rojiblanca para contribuir al último triunfo del año del División de Honor. “Afrontamos el partido del Albacete con la mentalidad que si ganábamos teníamos el 80% de nuestro primer objetivo, la salvación, cumplido, a causa del cambio de condiciones que hemos sufrido desde el inicio de temporada. Una vez que lo consigamos, podremos disfrutar de lo bonita que es la categoría y mirar hacia arriba, sin ponernos límites”.
El equipo acaba el año con 24 puntos, algo impensable tras los acontecimientos de los últimos meses: la incierta situación del club, la marcha de jugadores que tenían un papel principal en el vestuario, el ascenso de Raúl Garrido al primer equipo, la racha de cinco derrotas consecutivas, la plaga de lesiones… nada ha podido con el División de Honor y Mikel está convencido de que eso se debe a “el gran vestuario que hemos formado desde principio de temporada y que hemos sabido mantener hasta día de hoy, así como al hecho de olvidarnos de todos los problemas y disfrutar cada día que lo más nos gusta, que es darle patadas a la pelotita”.
