El próximo viernes arranca la Liga de nuevo tras el parón por el COVID-19 y el Valencia CF encara once jornadas que van a definir el su proyecto de la próxima temporada y puede que por defecto también de los próximos años. El club bajo la dirección de Meriton se ha situado en un punto parecido al que tenía cuando Peter Lim compró la mayoría accionarial porque está al borde del colapso financiero y sólo la clasificación anual para la Champions le permite ir respirando.
El principal problema económico de la entidad deriva al no poder acabar el nuevo estadio por la falta de financiación y pese al teatrillo montado con ADU para intentar ganar tiempo, un año han estado con la mentireta de la cooperativa pero ya en marzo contaron a través de un comunicado y tratando de no dar muchas explicaciones que la operación no se iba a llevar a cabo. Lo contaron en un comunicado como cuando comunican que un jugador no estará disponible unos días por una lesión o anunciando un fichaje y realmente es una noticia que merece incluso una junta general de accionistas por la magnitud de la operación y el problema que le genera al club.
A corto plazo el club no tiene ya salidas porque desde que llegó Lim es la primera vez que se le han agotado los plazos con las administraciones públicas para cumplir con su compromiso de acabar el estadio y ahora sí, va a tener un problema serio a nivel contable en las cuentas del club. El Valencia CF tiene ya a día de hoy el riesgo de que le anulen el ATE que hay aprobado sobre el suelo del actual Mestalla de la Avenida Aragón y con ello se vería obligado a dar pérdidas por depreciación de un activo que superarían los 50 millones de euros. Es decir, colocaría al club en una situación de alerta roja que sólo se podría evitar vendiendo jugadores o con una ampliación de capital.
Esa situación la conoce Peter Lim y por eso en diciembre encargó que se prepara toda la documentación para llevar a cabo una ampliación de capital de 150 millones de euros. Sin embargo, eso fue antes del COVID-19 y ahora está por ver si el asiático seguirá adelante con esa inversión que tenía clara hacer por estricta necesidad contable de la SAD. Ese problema es muy gordo para el club y sin los ingresos de Champions pasaría a ser una situación extrema que nadie en la entidad quiere imaginar porque obligaría a perder potencial deportivo sí o sí.
Anil Murthy, tiene otros quehaceres diarios que son estorbar, molestar a los que saben y por supuesto hacer pensar a Lim que lo tiene todo controlado en Valencia.
Esa situación financiera provoca nerviosismo en la entidad y hace todavía más necesaria la Champions. Sin embargo, en Valencia el máximo representante de Peter Lim, Anil Murthy, tiene otros quehaceres diarios que son estorbar, molestar a los que saben y por supuesto hacer pensar a Lim que lo tiene todo controlado en Valencia. Sin embargo, está llegando su momento porque ya nadie lo cree. Dentro del club, lo conoce todo el mundo, genera miedo y desconfianza por su altanería y ha necesitado contratar a tres personas que nadie sabe que hacen para tener a gente cerca que le diga que lo hace todo bien. En el vestuario no lo quieren, lo evitan si pueden y únicamente lo saludan cuando aparece en los entrenamientos y no queda más remedio. Entre el aficionado, las encuestas sitúan por encima del 90% los que no entienden tan siquiera que Lim lo mantenga tras sus sus muchas faltas de respeto al club y a los aficionados.
El pasado viernes el presidente acudió a Paterna y cuando acabó el entrene bajó a saludar a los jugadores pero nunca esperaba que un futbolista de lo más importantes del vestuario lejos de saludarle le recriminara el tema de Garay delante del resto. Al menos habían 15 jugadores cerca que escucharon claramente el mensaje. «Esto no se va a quedar así, ya hablaremos» le dijo uno de los pesos pesados al presidente negándole el saludo. Ese gesto, que sí es un problema fue tomado como una broma por el presidente que acto seguido se dirigió a las interioridades de la Ciudad Deportiva y puso empeño en que su jefe de comunicación, un periodista sin experiencia en medios al que le ha encargado que le ordene los medios, contara a algunos tuiteros que a un periodista critico con la gestión iban a sancionarle un año sin entrar en Mestalla o cualquier instalación del club. Así, entiendo, desde el gabinete de presidencia entendieron que quedaba resuelto el problemón de credibilidad que tienen en el vestuario. El problemón de credibilidad que le han generado a César con el caso Garay.
Supongo que para Anil y su gabinete de comunicación propio sacar del estadio a un periodista significará una victoria y por supuesto resolver muchos problemas. Sin embargo, y pese a que algunos periodistas (de prensa escrita) les aplaudan la decisión y les escondan los problemas graves del club, esos problemas siguen ahí cada día más latentes. Eso periodistas, para evitar errores, son de prensa escrita, o de web porque la prensa algunos la han fundido, y alguno se ha convertido en el secretario sin sueldo (del Valencia CF) del presidente con continuos chivatazos a través de audios y capturas de tuits de los que son críticos.
Como decía al principio, el viernes vuelve la Liga y ojalá sirva para que el Valencia CF vaya a Champions. Porque la situación es la que he contado antes. Es grave. Muy grave y desde luego que Héctor Gómez es el menor de los problemas del Valencia CF a corto plazo.
PD: César Sánchez debería ser más valiente con el vestuario si no quiere que pronto cale la idea que ya tienen los jugadores porque ya lo ubican como el segundo de Anil.
