UEFA Champions League (Cuartos de final, ida).- Villarreal CF, 1; Bayern Munich, 0.
¡Bayern esto es Vila-real! El conjunto alemán se las prometía demasiado felices en tierras castellonenses, Nagelsmann incluso habló de sentenciar la eliminatoria en la ida pero se encontró con la mejor versión de un Villarreal que maniató por momentos al gigante alemán. Los amarillos se avanzaron con un gol de Danjuma a los ocho minutos para dar la campanada. Y pudieron marcar el segundo, de hecho lo consiguieron pero la diana de Coquelin no subió al marcador por fuera de juego. En la segunda mitad el cuadro germano estiró líneas y apretó pero más peligro llevó Gerard Moreno en un balón estrellado en la madera y en alguna acción más. El Villarreal se impuso al gigante bávaro sobre el terreno de juego y en el marcador, marcador que incluso debió ser más abultado. El Bayern debe marcharse a casa pensando en que su derrota pudo ser, y debió serlo, más amplia.
El Submarino se volvía a citar con la historia, una vez más, y una vez más en Europa, el conjunto de Unai Emery se medía a uno de los más grandes del fútbol mundial con la ilusión por bandera pero con la confianza que le daban sus prestaciones ante otros adversarios de tronío. El técnico de Hondarribia realizó tres permutas en relación al once que puso en liza ante el Levante el pasado sábado, entraron de inicio Estupiñán, Coquelin y Lo Celso, en detrimento de Pedraza, Manu Trigueros y Yeremy Pino. De este modo, el conjunto groguet formó con un 1-4-3-3, con Rulli bajo palos; Foyth en el lateral derecho, Estupiñán en el flanco izquierdo de la defensa, junto a Albiol y Pau en el eje de la línea de retaguardia. El centro del campo lo protagonizaron Capoue, Coquelin y Parejo; con Lo Celso, Danjuma y Gerard Moreno como tridente ofensivo. Por su parte, la escuadra bávara salió prácticamente con todo, entró Davies en el lateral izquierdo y también Musiala en el doble pivote, junto a Kimminch, y por delante todo el arsenal de Nagelsmann, con Gnabry, Coman, Müller y Lewandowski.
Y la ilusión y la fe mueven montañas, tanto que a los ocho minutos saltaba la sorpresa en Vila-real, una gran jugada iniciada por Gerard Moreno en banda, que la servía a Lo Celso, continuaba con un disparo de Parejo que parecía que iba a atajar Neuer, pero el cancerbero teutón no preveía que Danjuma iba a entrar en juego en el momento oportuno para llegar al lugar indicado y desviar la trayectoria del esférico. Era el 1-0. Era la sorpresa. Era la ilusión echa realidad. Estallaba de júbilo el Estadio de la Cerámica. Y el gol amarillo no fue una acción aislada o un accidente alemán, nada que ver. Con ventaja en el marcador los pupilos de Emery anularon el centro del campo germano, le quitaron la posesión del balón en un un excelso trabajo coral de los groguets, especialmente de Parejo y Lo Celso. Y a todo esto Lewandowski sin olerla.
No es que el Submarino generara ocasiones de gol, le faltaba ese último pase para conseguirlo, pero eran los vila-realenses quienes llevaban la manija del partido y no sufrían, ver para creer. La zaga amarilla se mostró excelente para desactivar y desesperar a los Coman, Gnabry y Müller, más allá del ariete polaco. Y en la recta final del primer acto llegó el segundo, un auténtico golazo de Coquelin, que recibió en la izquierda de Capoue y el primero se sacó un disparo envenenado que se coló en la portería de Neuer. No obstante, el galo arrancó desde una posición avanzada y la diana fue anulada por fuera de juego. En la recta final del primer tiempo el Bayern apretó, especialmente por bandas, pero sobre todo Foyth en el perfil derecho ralló a la perfección, y cuando no estaban Albiol y Pau, a un nivel sideral.
Tal y como se esperaba el conjunto bávaro iba a salir con una marcha más en la segunda mitad, algo que se notó desde el principio. Los de Nagelsmann avanzaron líneas y jugaron más en campo amarillo, así llegaron las primeras ocasiones, en las botas de Davies y también de Gnabry. Pero el Villarreal no es manco y pronto puso la réplica infundiendo más miedo incluso, pues Gerard Moreno se sacó un auténtico zapatazo con el que estrelló el balón en la madera. Daba la sensación que el Submarino podía hacerle incluso más daño al conjunto de Baviera jugando con rapidez, así fue como Danjuma asistió a Gerard Moreno que remató en el corazón del área pero Davies metió la pierna para evitar un gol cantado. Así estaban las cosas cuando Emery retiró del campo a Coquelin y metió a Pedraza para pasar a jugar con un 4-4-2, con doble lateral en el costado zurdo, con el cordobés por delante, Lo Celso en la derecha y con Gerard y Danjuma formando el tándem ofensivo.
El partido estaba loco, no tenía freno. Neuer erró un pase fácil en una posición muy avanzada y le dio el cuero a Gerard Moreno, el catalán estuvo cerca de marcar el segundo desde el centro del campo. Los de Nagelsmann seguían percutiendo y tanto Coman como Davies cercaron la meta amarilla, especialmente el canadiense, en un disparo que tuvo que atajar Rulli, y cuando no podía llegar Rulli aparecían Albiol o Pau, que rechazó a córner con la testa un nuevo tiro de Coman. En la otra portería a Danjuma se le hizo de noche para cuando lo tenía todo a favor para encañonar ante Neuer. El técnico germano no veía el partido claro y metió a Sané, uno más para colección de estrellas, colección de estrellas sin brillo en La Cerámica.
También movió el banquillo Emery que metió a Aurier por un Foyth con algunas molestias, amén de Chukwueze, que ingresó en el terreno de juego por Danjuma. En los últimos minutos el Bayern buscó la portería de Rulli, pero la zaga grogueta estuvo imperial ante el mejor ataque de Europa, ese que se pasea en Alemania y atemoriza a todo el continente, un ataque al que secó y desquició. En los estertores del duelo Pedraza también gozó de una oportunidad clara para abrir brecha en el electrónico pero el su disparo no encontró portería. Coman tuvo la última para el empate, para la esperanza visitante, pero esta vez no llegó el gol que propiciara las tablas para los teutones como sí consiguió en Salzburgo en la ronda anterior. El final fue apoteósico, con un estadio volcado viviendo un sueño real junto a su equipo. El pitido del colegiado inglés desbordó la alegría en el feudo amarillo, que ya no solo se mide a los grandes, ya no solo les tutea y les compite sino que también les gana con notable suficiencia. Londres, Gdansk, Turín, noches de gloria europea para un equipo que hoy ha escrito otra de sus páginas más brillantes independientemente de lo que suceda en Múnich este Villarreal está entre la aristocracia europea.
La definición final de la eliminatoria tendrá lugar el próximo martes (21.00 horas) en el Allianz Arena, antes el equipo de Emery recibirá este sábado (18.30 horas) al Athletic Club en otra final por conseguir plaza para competición continental la próxima temporada. Las espadas están en todo lo alto, ¿Podrá el Submarino con el gigante alemán en la capital bávara? El estadio muniqués será una auténtica caldera, con la máxima presión para los germanos, pero la grada lo expresó en más de una ocasión durante el partido de forma atronadora ‘sí se puede’, claro que se puede.
Ficha técnica:
Villarreal CF: Rulli, Foyth (Aurier, min. 81), Albiol, Pau Torres, Estupiñán, Capoue, Coquelin (Pedraza, min. 59), Parejo, Lo Celso, Danjuma (Samu Chukwueze, min. 81) y Gerard Moreno.
Bayern Munich: Neuer, Pavard (Sule, min. 71), Upamecano, Lucas Hernández, Davies, Kimmich, Musiala, Coman, Müller (Goretzka, min. 62; Marc Roca, min. 95), Gnabry (Sané, min. 62) y Lewandowski.
Gol: 1-0. Min. 7: Danjuma.
Árbitro: Anthony Taylor (Inglaterra). Amonestó al jugador del Villarreal Estupiñán (75’).
Estadio: Estadio de la Cerámica (Vila-real). Entrada, 21.626 espectadores (2.500 de ellos alemanes).
Incidencias: Espectacular recibimiento de la afición amarilla al autobús del Villarreal tanto en la Ciudad Deportiva de Miralcamp como a su llegada al Estadio de la Cerámica. Tercera eliminatoria de cuartos de final de la UEFA Champions League del Villarreal tras las alcanzadas en las temporadas 2005/06 y 2008/09. 15ºC de temperatura.