Es imposible empezar mejor. El arranque liguero del Zamora CF en el Grupo I de Segunda Federación es absolutamente histórico. Los de David Movilla suman 15 puntos de 15 posibles, pero lo impactante no es esta racha triunfal, sino que en los cinco partidos disputados todavía no han encajado ni un solo gol. Sin duda, son cifras de auténtico campeón.
La comunión que hay entre la afición y su equipo genera un ambiente ensordecedor para los rivales
La última víctima de los zamoranos ha sido el Coruxo. Los gallegos llegaban a este envite con la intención de hacer daño, pero conscientes de que este curso la Ruta de la Plata es un feudo prácticamente inexpugnable. La comunión que hay entre la afición y su equipo genera un ambiente ensordecedor para los rivales, y por eso cuando se caen un poco los jugadores ahí está su gente, para levantarlos de nuevo.
Con esta receta y todo el talento que tiene el Zamora CF en plantilla el único resultado posible es el que se está dando. El jugador que puso ayer la efectividad fue Pito Camacho, autor de los dos tantos, pero ambos vinieron precedidos por dos jugadas colectivas que muestran de forma evidente la química que hay dentro del equipo. En ninguna de ellas el Coruxo pudo hacer mucho más que observar.
Con el 2-0 en el luminoso, los visitantes dieron un paso al frente y estuvieron muy cerca de romper la racha de imbatibilidad del Zamora, de hecho, estrellaron un balón en la madera, pero los astros volvieron a alinearse con Sobrón, que mantuvo su portería a cero por quinto partido consecutivo. En cifras, hablamos de 450 minutos de juego sin recoger el balón del fondo de las mallas.
Lógicamente, llegará el día en el que este cuento de hadas se acabe, pero mientras tanto el Zamora sigue abriendo brecha. Ya saca cuatro puntos al Rayo Cantabria y al Ourense (segundo y tercer clasificado respectivamente) y cinco a la RS Gimnástica de Torrelavega. Los de David Movilla avanzan con paso triunfal, pero harían mal en confiarse, pues Segunda RFEF es una competición que se puede hacer muy larga.
