La batalla por evitar el descenso en el Grupo VI de Tercera Federación ha alcanzado un punto de máxima tensión competitiva. Con nueve equipos separados únicamente por tres puntos entre las posiciones 10 y 18, cualquier tropiezo puede provocar un desplome inmediato hacia la zona roja. La jornada 13 ha evidenciado que no existe colchón ni margen de error, y que cada fin de semana puede reordenar por completo un tramo de la tabla que es ya una auténtica trituradora.
Un grupo en el que nadie respira
La clasificación presenta un escenario inédito: del décimo clasificado al colista solo hay tres puntos de diferencia. El Atzeneta, en décima posición con 13 puntos, convive en el mismo rango que el Jove Español, colista con 10. Utiel, Hércules B, Alzira y Roda también suman 13, el Crevillente Deportivo se sitúa con 12, mientras que Recambios Colón y Soneja cierran el grupo perseguidor con 11 puntos. La igualdad es tan extrema que un equipo que hoy aspira al décimo puesto podría caer al descenso la próxima semana con un único mal resultado.
Dinámicas cambiantes que explican el caos
El caso del Soneja es el mejor ejemplo de la volatilidad actual. Llegó a la jornada 13 con dos victorias consecutivas, pero la dura derrota por 4–0 ante el Atlético Levante lo devolvió de golpe a la penúltima posición. La categoría no concede tregua a nadie.
Otro de los grandes focos está en Recambios Colón, probablemente el equipo que mejores sensaciones transmite en este tramo. Tras un inicio muy duro en el que tardó diez jornadas en lograr su primera victoria, el conjunto de Jero López encadena cinco partidos sin perder y empieza a abandonar la etiqueta de favoritos al descenso. Incluso pudo sumar más puntos si no se hubiese dejado remontar un 3–0 ante el Alzira en un final caótico que empañó un gran partido. En la jornada 13, un gol de Adrià Sabater en el 90 dio un punto vital ante el Utiel y confirmó que el equipo está vivo.
En el extremo opuesto aparece el Hércules B, que se hunde poco a poco tras acumular siete jornadas sin ganar. Los blanquiazules no encuentran respuestas desde que vencieron al Jove Español en la sexta jornada, y el retroceso en la clasificación empieza a comprometer seriamente su estabilidad.
El Atzeneta, instalado en el décimo puesto, tampoco vive un momento tranquilizador: seis jornadas sin conocer la victoria han empujado al equipo hacia una zona que, hace apenas un mes, parecía lejana.
La salvación también se juega a última hora
El Crevillente Deportivo fue otro de los protagonistas de la semana: llegó como colista, pero su triunfo por 0–1 ante el Atzeneta lo impulsó de nuevo a la superficie. El gol de Tiku rescató al equipo justo cuando más lo necesitaba.
El Roda, que llegó a estar en descenso, también ha protagonizado una semana clave: encadenó dos victorias consecutivas —primero ante el Alzira en un duelo directo decidido por Iván Agudo en el 90, y ahora ante la Vall d’Uxó con un tanto de Héctor Royo en el descuento— que lo reafirman como uno de los equipos que empieza a reaccionar.
El Jove Español, pese a la mejora con Jaime Pérez, ha vuelto a caer al fondo de la tabla tras perder un partido imprescindible ante el Alzira, decidido por un golazo de Álvaro Traver. El conjunto azulgrana respira tras romper su racha de varios partidos sin ganar, pero sigue en el alambre, igual que todos.
El Utiel, con cuatro jornadas de buen nivel, también mantiene el pulso, aunque el empate en Catarroja dejó la sensación de haber dejado escapar una oportunidad para alejarse del peligro.
Un tramo de liga sin dueños ni favoritos
La zona baja del Grupo VI no tiene dueño ni jerarquía estable. Los nueve equipos implicados están obligados a competir cada semana con la intensidad de una final. Las rachas duran poco, los respiros casi nada y la clasificación, más que una tabla, parece una cuerda floja.
Los próximos resultados no solo marcarán quién respira y quién cae, sino que, tal como está el grupo, podrían redefinir por completo la lucha por la permanencia en tan solo 90 minutos.

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