Huracán vive en un estado de máxima euforia. El triunfo en Alicante, frente al Hércules (0-3), le ha permitido salir, por primera vez esta temporada, de los puestos de descenso. La victoria, al igual que la anterior ante el Alboraya, la encarriló el mismo jugador, Mikel Solís.
El inicio de 2015 está siendo soñado para Mikel Solís. El defensa, con la llegada de Raúl Garrido al equipo se convertía a todos los efectos en futbolista del Juvenil A, había debutado en la categoría de la mano de Javi Sanchís frente al Hércules CF, y a base de mucho trabajo se ha ganado la titularidad en el Huracán. Asentado ya en la zaga defensiva se ha propuesto no pasar desapercibido y empieza a mostrar uno de sus puntos más desconocidos, el de marcar goles.
Mikel se está especializando en encarrilar los partidos, o mejor dicho, las victorias. Dos acumula de manera consecutiva el Huracán en este mes de febrero, triunfos muy importantes para el futuro inmediato del club dado que han sido frente a rivales directos en la lucha por la salvación. Ante el Alboraya fue el autor del único gol, contra el Hércules fue el primero en batir al portero Álex Iglesias.
Ambos goles, con un guión similar. Los dos fueron a balón parado, frente al Alboraya en una falta lateral y en Alicante tras el saque de un córner; y ¿quién sirve tan bien esos balones? Borja Tárrega. Dos jugadores que han vuelto a coincidir esta temporada defendiendo el mismo escudo. Hace unos años, en cadete de segundo, los dos se encontraron en el Valencia CF, aunque Mikel afrontaría ese año en el Tavernes Blanques.
Sin lugar a dudas, se ha ganado el apelativo de abrelatas, ya que no solo marca sino que lo hace en momentos importantes que suponen un punto de inflexión en el partido. Mikel confía en no perder este instinto goleador esta semana y ser también el que abra la veda del ‘gol’ frente al Valencia CF, donde jugó en su etapa como cadete de primer año. Uno de los muchos equipos que le han visto perfeccionar su calidad: formado en las categorías inferiores del CD Acero, llegó al Villarreal en categoría benjamín, para en cadetes fichar por el Valencia. Un año después se marchaba al Tavernes Blanques, donde su aventura duraría solo una temporada, pues lo reclutaría el Levante, para el Juvenil C, aunque llegó a debutar en Liga Nacional. Este verano llegó a Manises para seguir creciendo como jugador, de momento va por el buen camino.
