Ser aficionado del Real Madrid es un sentimiento que, para muchos, trasciende los 90 minutos de juego. No se limita a ver los partidos por televisión o a celebrar títulos en Cibeles. Para los más devotos, la verdadera pasión se mide en asfalto, en la lealtad de seguir al equipo allá donde juegue. Es una «mili» autoimpuesta que convierte el calendario de La Liga en un mapa de carreteras. Cada temporada, miles de seguidores madridistas hacen la maleta, llenan el depósito y se lanzan a una odisea que recorre la geografía española de punta a punta. Pero, ¿alguna vez nos hemos parado a calcular la magnitud de ese esfuerzo? ¿Cuántos kilómetros de devoción acumula un aficionado que vive en Madrid y decide no perderse ni un solo encuentro como visitante?
El ritual del desplazamiento es una experiencia en sí misma. Es un peregrinaje que va más allá del fútbol; implica compañerismo, logística y muchas horas al volante. La llegada a la ciudad de destino, a menudo horas antes del partido para evitar imprevistos y disfrutar del ambiente previo, ofrece un necesario momento de descanso y ocio. Muchos aficionados del Real Madrid aprovechan este momento de descanso cuando llegan, para una partida de juego de casino verificado por proveedor certificado. Sitios como Casumo no solo ofrecen la mejor propuesta de juegos, sino también permiten seguir al Real Madrid en pronósticos deportivos, combinando así la pasión por el fútbol con el entretenimiento digital antes de poner rumbo al estadio y dejarse la voz animando al equipo.
Trazando el mapa de la «Liga de los 20»
Para realizar una estimación precisa, hemos tomado como referencia la lista de 20 equipos proporcionada, asumiendo que nuestro aficionado reside en Madrid. El desafío geográfico es inmediato, ya que La Liga exige cubrir prácticamente toda la península y saltar a las islas.
El mapa de ruta se divide en varios frentes:
- Los Derbis (Kilómetro Cero): Partidos contra Atlético de Madrid, Rayo Vallecano y Getafe. El desplazamiento es mínimo y despreciable para el cómputo global.
- El Eje Mediterráneo: Viajes a Valencia, Levante, Villarreal, Elche, y los largos desplazamientos catalanes (FC Barcelona, RCD Espanyol, Girona).
- El Norte: Rutas al País Vasco (Athletic Club, Real Sociedad, Alavés), Navarra (Osasuna), Asturias (Real Oviedo) y el lejano Vigo (Celta de Vigo).
- Andalucía: Doble visita a la capital hispalense para medirse a Sevilla y Betis.
- El Reto Insular: El partido contra el Mallorca en Palma, que rompe la logística del coche y exige un vuelo o un ferry.
Sumando kilómetros solo de ida
Calculamos el kilometraje basándonos únicamente en los «partidos de ida», como un trayecto único desde Madrid al estadio rival, sin contar la vuelta. Usando distancias aproximadas por carretera desde el centro de Madrid, el desglose es el siguiente:
- Derbis Locales (3): Getafe, Rayo, Atlético.
- Total: 0 km (despreciable).
- Cataluña (3): Barcelona y Espanyol (~620 km c/u), Girona (~700 km).
- Total: 1.940 km.
- Comunidad Valenciana (4): Valencia y Levante (~355 km c/u), Villarreal (~420 km), Elche (~410 km).
- Total: 1.540 km.
- País Vasco y Navarra (4): Athletic Club (~400 km), Real Sociedad (~450 km), Alavés (~350 km), Osasuna (~400 km).
- Total: 1.600 km.
- Andalucía (2): Sevilla y Betis (~530 km c/u).
- Total: 1.060 km.
- Noroeste (2): Celta de Vigo (~600 km), Real Oviedo (~435 km).
- Total: 1.035 km.
- Islas Baleares (1): Mallorca. Para ir en coche, se debe ir al puerto. Distancia a Denia (puerto más cercano):
- Total: ~445 km.
Más de 7.000 km de devoción
Sumando todas estas distancias de un solo trayecto, el resultado es asombroso. El aficionado madridista que siga al equipo a los 19 estadios rivales de esta lista recorrería un mínimo aproximado de 7.620 kilómetros.
Pongamos esta cifra en perspectiva. Son 7.620 kilómetros solo de ida. Es el equivalente a conducir desde Madrid hasta Dubái. Evidentemente, la realidad es mucho más dura. Si calculamos el esfuerzo real, el de ida y vuelta para cada uno de esos 16 desplazamientos fuera de Madrid (excluyendo los 3 derbis), la cifra se dispara por encima de los 15.200 kilómetros por temporada. Esto sin contar los posibles viajes de Copa del Rey o, por supuesto, la Champions League.
¿Por qué el coche? La logística del aficionado
Aunque el AVE conecta Madrid con muchas de estas ciudades (Sevilla, Barcelona, Valencia), la gran mayoría de aficionados opta por el vehículo particular. La razón principal es la flexibilidad. Los horarios del fútbol (partidos en viernes por la noche, lunes o domingos a las 22:00h) hacen inviable el uso del transporte público para regresar a casa tras el pitido final.
El coche da autonomía total. Permite al aficionado (o al grupo de la peña) ser dueño de sus tiempos. Pueden salir de Madrid el sábado por la mañana, comer en ruta, ver el partido y, si es necesario, emprender el viaje de vuelta de madrugada para estar el lunes en el trabajo.
Además, el factor económico es clave. Mientras que un billete de tren de ida y vuelta para un «Clásico» puede costar cientos de euros, compartir los gastos de gasolina y peajes entre cuatro o cinco ocupantes reduce drásticamente el coste por persona. El coche es, en definitiva, la herramienta de la pasión.
Preparación para la «Gira»: Más allá de la gasolina
Seguir al Real Madrid por toda España no es una improvisación; es una campaña logística que requiere planificación. El aficionado veterano sabe que la temporada empieza en agosto con la publicación del calendario, momento en que se marcan en rojo los viajes «clave».
La logística es fundamental. Para viajes largos como Vigo o Girona, es casi obligatorio reservar alojamiento, ya que conducir más de 1.200 o 1.400 km de ida y vuelta en menos de 24 horas es una temeridad. Esto implica gestionar reservas de hotel o apartamentos con meses de antelación.
El vehículo debe estar en perfecto estado. Los más de 15.000 km de carretera exigen revisiones de neumáticos, aceite y frenos. Por último, está el «kit de supervivencia» del aficionado: las entradas (el bien más preciado), DNI, cargadores portátiles, la bufanda, la bandera, y una buena lista de música para amenizar las horas de monotonía en la autovía. Es el peaje necesario para vivir 19 veces al año esa sensación única de ver a tu equipo ganar… a cientos de kilómetros de casa.