No es muy común en el fútbol moderno llegar a los 300 partidos con el mismo club. En un contexto donde los futbolistas optan por cambiar de aires y probar nuevas aventuras, Adrián Torre ha encontrado su sitio en el UP Langreo. Es uno de los líderes del vestuario y uno de los emblemas de una afición que estará eternamente agradecida a su dedicación por estos colores.
En los 300 partidos que ha disputado el guardameta en el UP Langreo las ha vivido de todos los colores: ascensos, descensos, permanencias agónicas…
En los 300 partidos que ha disputado el guardameta en el UP Langreo las ha vivido de todos los colores: ascensos, descensos, permanencias agónicas… Sin ir más lejos, desde que llegó al club en la temporada 2014/2015 con 25 años ha jugado en las extintas Segunda División B y Tercera División y en la actual Segunda Federación, donde compite a día de hoy el equipo.
En todas y cada una de las temporadas se ha erigido como el guardameta titular. La competencia ha ido cambiando, pero él se ha mantenido como una piedra angular del proyecto del UP Langreo. En la campaña 19/20 fue cuando menos partidos disputó (18), pero en todas las demás ha sobrepasado como mínimo los 20, y la mayoría de veces los 30.
Este curso el equipo no ha empezado de la mejor manera, pues el día en el que su portero cumplía 300 encuentros con la entidad le endosaron 6 goles. A pesar de ello, Adrián Torre se lo toma con humor, o al menos así lo hace ver en una entrevista para el club, donde afirma que es un partido «que no se le va a olvidar en la vida».
El equipo de Javier Vázquez se encuentra actualmente con 4 puntos en la zona de descenso, sin embargo, está a tan solo tres puntos de los puestos de playoff de ascenso. El objetivo de la entidad es permanecer un año más en Segunda RFEF, y el de Adrián Torre seguir sumando minutos de calidad en el equipo donde se ha consolidado como un guardameta de élite. Ya son 300 partidos, ojalá sean muchos más.