El CH Canyamelar Valencia, uno de los cuatro representantes de la Comunidad Valenciana en la máxima categoría del balonmano femenino en nuestro país, atraviesa una situación crítica. Si no abona los 11.025 euros de deuda que arrastra a la Federación Española de Balonmano perderá todos los partidos que dispute como local en lo que resta de temporada.
Una serie de impagos al fondo arbitral de la Liga Guerreras Iberdrola desde que comenzase la campaña 2018-2019 ha agravado la complicada situación financiera del club valenciano. Un Canyamelar Valencia que será duramente sancionado, perderá por 0-10 todos los partidos como local, si no realiza el pago antes del 19 de febrero.
¿Por qué el 19 de febrero? Porque son 4 días antes de que se celebre el CH Canyamelar Valencia – Rocasa Gran Canaria, primer partido en el que las de la capital del Turia ejercerán de locales después del contundente comunicado que ha publicado la Federación Española de Balonmano y que mostramos bajo.
Lamentablemente, el Canyamelar Valencia no posee a día de hoy la capacidad de solventar dicha deuda. Una circunstancia que hace peligrar y mucho su continuidad en la élite, ya que perder automáticamente todos los partidos como local hundiría a las valencianas en la clasificación y las abocaría al descenso.
La crisis financiera del club valenciano, acusada por la falta de ayudas públicas, va más allá de no poder pagar al fondo arbitral al adeudar además varias un total de cuatro mensualidades tanto al cuerpo técnico como a las jugadoras de la primera plantilla.
Manolo Gómez, presidente del Canyamelar Valencia, nos hace partícipes a Golsmedia Sports de la preocupación que asola el club ya que «las administraciones públicas están por la labor de ayudarnos pero otra cosa es que puedan hacerlo antes del 19 de febrero».
Otra de las vías que se contemplan es encontrar una inyección privada, pero las posibilidades de lograrlo son remotas teniendo en cuenta los antecedentes que el propio presidente del Canyamelar nos cuenta. «Llevamos año y medio buscando patrocinadores privados porque no podemos depender sólo de las ayudas públicas, pero es muy difícil encontrarlos».
Manolo Gómez ha querido sentenciar reconociendo que «entendemos por supuesto la medida de la RFEBM, seríamos tontos de no hacerlo porque ellos se limitan a ejecutar».
El tiempo apremia y parece poco probable que las subvenciones lleguen antes del 19 de febrero, fecha límite para depositar los 11.025 euros a la Federación Española de Balonmano. Habrá que ver cómo evolucionan los acontecimientos y si ocurre el «milagro».