En un equipo, un jugador hace las acciones defensivas con cierta pasividad, entonces el entrenador recrimina al jugador constantemente las consecuencias de esas acciones, esto provoca que el capitán del equipo haga un sobreesfuerzo para cubrir las acciones del compañero y que el entrenador deje las reprimendas.
Este tipo de relaciones interpersonales, Karpman las explica con el “Triángulo Dramático”, identificando 3 roles. El salvador, tiene preocupación sincera, a través de las ayudas, hace que la víctima necesite de su intervención para estar bien y asume sus funciones, generando una descompensación de responsabilidades. La víctima que desde la culpa o el victimismo, hacen parecer que por ellos mismo no tienen los recursos suficientes para resolver esa situación y necesitan la ayuda de otros. Por último el perseguidor, prioriza satisfacer sus necesidades, sentir el temor de los demás y busca confirmar continuamente el poder sobre los demás, no teniendo en cuenta cómo repercute en los demás.
Las malas sensaciones que producen estas relaciones interpersonales generan que intenten cambiar de rol, rotando o intercambiando posiciones. Provocando reacciones dependientes y reactivas, generando lazos que impiden la autonomía y favorecen el malestar. La transacción de roles puede ser lenta o rápida, contra más rápida y más interacción de roles mayor fatiga y neurosis tienen los individuos.
Para encontrar la salida debemos:
- Identificar nuestro rol actual.
- Haz las acciones oportunas para interaccionar correctamente con los otros roles del triángulo.
- Ten empatía, deja espacio a los demás para resolver sus problemas y piensa en como perjudicas a los demás.
Agradecer a María Ruiz de Oña la exposición de este juego psicológico.
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