Cada vez son más los niños y niñas que participan en distintos deportes, incluso en edades más tempranas. De hecho, en Estados Unidos, se estima que entre 1990 y 2014, ha aumentado la participación infantil y juvenil en el fútbol alrededor de un 90%. Esta tendencia se ve plasmada también en casi todos los países del mundo.
Los niños disfrutan con el fútbol, la mayoría de ellos van encantados a sus entrenamientos dos tardes a la semana, afrontando con gran ilusión el partido del sábado.
Pero todo ello contiene una parte negativa. En varios deportes, el periodo competitivo se extiende de septiembre a junio, concentrándose en ocasiones varios partidos en poco tiempo, llegando a jugar torneos en épocas vacacionales, o disputando dos encuentros el mismo fin de semana. Por consecuente, esta desmesurada carga física para la mayoría de niños, ha incrementado las visitas médicas un 50% aproximadamente, debido al sobreuso.
Debido a jugar varios partidos en poco tiempo se han incrementado las visitas al médico un 50% aproximadamente
Se están produciendo lesiones de todo tipo, incluyendo las severas, con más de 28 días de baja. La mayoría de ellas por uso excesivo involucran apofisitis, tendinopatía o las fracturas por sobrecarga. También aumentan las roturas del ligamento cruzado anterior en estas edades, lo cual era difícil de ver hace unos años, sobre todo en el caso de las niñas, donde es más frecuente por los factores hormonales, la anatomía a nivel lumbopélvico y los patrones de activación neuromuscular.
Para poder liderar a un equipo de niños, hay que estar preparado, conocer las necesidades individuales de cada uno e identificar los factores de riesgo previamente. Quizá eso no ocurre con frecuencia, depende del club en el que nos encontremos. En la gran mayoría de ocasiones, los jugadores no realizan un trabajo adecuado previo al entrenamiento. Directamente se inicia la sesión, y muchos de ellos golpean el balón antes de que llegue el mismo entrenador. Por ello, es muy frecuente observar lesiones musculares en el recto anterior y en la parte anterior del muslo.
En la actualidad se producen lesiones de todo tipo, aumentando también las roturas de ligamento cruzado anterior, sobre todo en chicas
Con la finalidad de reducir lesiones de este tipo, la revista ‘British Journal of Sports Medicine’, de la mano de la FIFA, ha llevado a cabo una rutina de entrenamiento, denominada ‘11+ Kids’, la cual consistía en un trabajo preventivo de 15-20 minutos antes de comenzar cada sesión de entrenamiento. Los resultados fueron satisfactorios, disminuyendo ciertas lesiones hasta en un 80%.
Además de estos factores, hay que tener en cuenta también la superficie en la que juegan, los tacos, incluso la alimentación y el gasto energético que lleva el niño a lo largo de la semana.
Un trabajo preventivo de 15-20 minutos antes de cada sesión de entrenamiento disminuye las lesiones hasta un 80%
A día de hoy, los tacos cónicos permiten una liberación más rápida y proporcionan un mayor grado de estabilidad porque ofrecen más puntos de contacto con la superficie de juego. Aunque esta característica estabilizadora puede traducirse en un menor riesgo de lesiones, se necesitan más estudios para poder confirmarlo.
En cuanto al terreno de juego, la tercera generación más reciente de césped artificial tiene fibras más largas incrustadas en gránulos de arena, caucho y/o sílice y se asemeja más al césped natural. El problema viene cuando nos encontramos con céspedes que apenas cuentan con hierba y solamente se puede apreciar el caucho. En esos casos, lo más coherente es optar por los tacos más cortos.

Por otro lado, varios especialistas acreditan que hay una serie de gastos energéticos que no se están contabilizando. Hablan del sistema inmunológico, ya que exige unas adaptaciones, y por ahí vienen muchas lesiones: el cuerpo tiene una demanda excesiva y al final es el sistema músculo-esquelético el que se resiente, como si se abandonara. La situación responde mucho al estilo de vida occidental: comidas con alta carga glucémica, comidas con antinutrientes que activan ese sistema inmunológico todos los días. Es raro ver un deportista joven con buenos hábitos alimenticios.
Son muchos los factores a tener en cuenta en el deportista joven, por ello se requiere de una preparación y una identificación de los factores de riesgo. Cada niño tiene una necesidad y unas características propias, y pese a jugar en el mismo equipo y tener la misma edad, puede ser que no se encuentren en la misma fase del crecimiento. En Health Valencia Academy, a través del trabajo multidisciplinar, tratamos de identificar esas necesidades y adaptar ese ejercicio o tratamiento a cada deportista.