Cuando un equipo va líder sabe que cada visita va a ser una auténtica guerra. A todos los conjuntos de la categoría les motiva más recibir al primer clasificado que a otro de la parte baja, y con esta adrenalina viajaba siempre el Ávila. Desde que perdió en la jornada inaugural todavía no había encontrado un equipo que les pudiese hacer sombra, sin embargo, ha llegado.
La Balastera continúa siendo uno de los estadios más complicados, y ayer se volvió a demostrar esta máxima
Tras 19 partidos sin conocer la derrota, los pupilos de Miguel de la Fuente han puesto punto y final a su magnífica racha de resultados. El recién descendido Palencia Cristo Atlético pasó por encima del conjunto abulense, y fruto de ello fue el marcador final, que refleja un 2 a 0. La Balastera continúa siendo uno de los estadios más complicados, y ayer se volvió a demostrar esta máxima.
Sin embargo, el colchón que llevaba el Real Ávila la permite respirar a pesar de la derrota. Aunque no haya sumado en la última jornada, todavía le saca diez puntos al segundo clasificado, que casualmente es el Atlético Tordesillas, el último equipo donde ha entrenado Miguel de la Fuente. Esta distancia que hay entre ambos hace presagiar que el Ávila no sufrirá en exceso para cerrar el ascenso directo.
No obstante, el equipo protagonista ayer fue otro. El Palencia Cristo Atlético demostró a propios y extraños que quiere que su estancia en Tercera RFEF sea un trámite, y aunque tenga casi imposible subir por la vía directa, los playoffs se erigen como una posibilidad para recuperar la categoría del año pasado: Segunda Federación.
Ahora mismo es quinto en la tabla, tres puntos por encima del sexto clasificado y a solo cuatro de la segunda plaza. Con estos números, jugaría el playoff de ascenso, pero la idea de los futbolistas de Carlos Doyague es entrar en las mejores condiciones posibles, y para ello todavía han de escalar puestos en la clasificación.