Los valencianos tienen más que certificado su objetivo inicial y no cierran las puertas a algo mayor. La posibilidad existe y ellos no quieren dejarla pasar.
La felicidad, cuando existe, es muy difícil de esconder. En Alboraya bien lo saben y es que con la meta marcada a principio de temporada ya prácticamente cumplida incluso de forma matemática y viendo como los puestos de ‘play-off’ de ascenso están a tan solo cinco puntos, es indudable pensar que no pelearán por llegar hasta ahí arriba.
Desde el club no lo descartan, aunque prefieren ir paso a paso y ser cautos con el fin de no darse ningún batacazo a final de temporada. La ilusión está presente en el grupo, pero lo que tienen claro es que su realidad no es esa, aunque en caso de llegar será bienvenida.
Los números apuntan a equipo de la zona alta de la tabla y es que están situados en sexta posición con 41 puntos, a cinco del tercer clasificado y a una cómoda distancia respecto a la zona de la quema, con un total de veinticinco unidades.
Aprovechando este doble parón, los pupilos de Álvaro Ortí disputaron un amistoso contra el Moncada de Primera Regional en el que consiguieron la victoria por 2-5 (Paco, Guzmán, Borja, Jordi, Moro).
Todavía no tienen fijado el horario para el partido correspondiente a la Jornada 25, pero sí el de este fin de semana, que será el sábado a las 19:00 horas en su feudo contra el Llíria. Para el choque, el míster no podrá contar ni con Álex Adalid (lesión en la rodilla a espera de pruebas) ni con Paredes (lesión de isquiotibiales).
Sí que podrá hacerlo con el resto de la plantilla, en la que tienen la máxima confianza depositada. En el último enfrentamiento antes del descanso, consiguieron ganarle al Vilamarxant, por lo que intentarán hacer buena esa victoria.
Lo que tienen claro es que con los que estén van a terminar la campaña e incluso algunos juveniles del División de Honor podrían tener su oportunidad. Tarea obligada es aportar y es que mientras exista un mínimo de probabilidades, ellos lucharán por ello.
