Alessio Lisci ha obrado el milagro para el Atlético Levante al ganar ayer al Orihuela CF por 3-0 y que se dieran otros resultados que acompañaron la gesta. El filial levantinista, será un año más equipo de Segunda B -llamada Segunda RFEF a partir de la próxima temporada- y todavía tiene una oportunidad para completar la gesta intentando en la segunda fase ascender a la Segunda B Pro. El técnico granota, visiblemente emocionado tras conseguir la permanencia, atendió a los medios después del pitido final. «Ha sido una mañana intensa como sabíamos que nos iba a pasar y nos ha tocado sufrir hasta el final porque los resultados de los otros partidos estaban en duda. Nosotros lo hemos hecho bien, hemos ganado merecidamente. Tocaba esperar y, por suerte, el Atzeneta nos ha ayudado», comentaba.
El Atlético Levante consiguió la permanencia al ganar al Orihuela CF y que el Peña Deportiva cayese derrotada ante el Atzeneta UE
El técnico italiano tomó las riendas del equipo el pasado mes de diciembre tras la destitución de Tevenet por los malos resultados del equipo. En tres meses, Lisci ha conseguido darle la vuelta a la situación del Atlético Levante y conseguir el objetivo, algo que parecía casi imposible hace unas semanas. Además, los azulgrana tendran ahora la oportunidad de seguir luchando por una plaza para disputar la Segunda B Pro la próxima campaña en una fase que van a afrontar sabiendo cumplido el objetivo. «Vamos a la siguiente fase más tranquilos, sin presión, lo que saquemos, hemos sacado. Cualquier partido, como siempre, intentaremos jugarlo para ganarlo y a ver cómo se nos da. Pero el objetivo lo hemos cumplido y hay que estar muy contentos del trabajo del equipo», afirmaba.
Los números de Lisci al frente del Atlético Levante son espectaculares, sobre todo en las últimas semanas en las que el equipo ha conseguido sumar 12 de los 15 puntos posibles. El entrenador cuenta cómo ha motivado al equipo para alcanzar la permanencia. «Después del partido del Atzeneta teníamos mucha rabia y yo nunca suelo hablar después de los partido pero ese día les dije que teníamos que transformar esa rabia y que teníamos 270 minutos por delante con tres finales. En 270 minutos, con 9 puntos, estábamos segurísimos de que nos íbamos a salvar».