
El equipo de Abel Buades rectificó la desidia del primer tiempo en el que el Paterna fue mejor y le golpeó por tres veces con una espectacular remontada fraguada en unos mágicos seis minutos finales.
Se enfrentaban en El Fornás dos equipos inmersos en la pelea por la permanencia. Los locales se encontraban tres puntos por encima de los gualdinegros, que acudían al Puerto de Sagunto sabedores de que una victoria les podía dejar fuera de la zona de descenso estas navidades.
Y bien pronto lo demostraron los de Luis Navarro, que ya en el ‘8 se adelantaban en el marcador gracias al gol de Juárez, que culminó una contra tras un robo de balón en la zona de creación del Acero. El panorama no cambiaba demasiado, porque en el guión estaba que los locales tuvieran la pelota y los paterneros contraatacaran. Y así lo hicieron en el ’16 con una buena jugada por banda izquierda de Jero que remató libre de marca Juárez ligeramente alto. El Acero no reaccionaba, pero pudo encontrarse con el empate en el ’28 cuando Clausí estrelló un balón en el palo con su pierna izquierda en la mejor combinación de los locales en todo el primer tiempo. Pero del posible 1-1 se pasó en la jugada siguiente al 0-2. Rapidísimo contragolpe del Paterna que finalizó Roberto Civera. Los de Luis Navarro estaban matando al Acero a base de contras y sobre todo de actitud, ante la desidia de los de Buades. Los gualdinegros olieron la sangre y siguieron a lo suyo, poniéndose 0-3 cuando todavía corría el minuto 35 de juego. De nuevo Civera fue su autor, esta vez rematando de cabeza un centro pasado desde la derecha que buscó como un verdadero “killer”. Al descanso se llegó con un partido que parecía prácticamente decidido, ante las protestas de la afición del Fornás, que exigía a los suyos al menos algo más de intensidad.
Los de Buades saltaron al césped tras el paso por vestuarios e imaginamos que arengados por su técnico dispuestos a al menos poner en aprietos a un Paterna que podía creerse con el partido ganado a falta de 45 minutos por disputarse. Ya en el ’51 tuvo la primera ocasión el conjunto del Puerto de Sagunto en las botas de Orea, pero respondió bien Xenxo. El Paterna seguía a lo suyo y Sergio Cuesta en el ’54 ejecutó una falta que obligó a volar a Coronado para evitar el que hubiera sido el cuarto. El Acero, solo poniendo intensidad y sin haber creado más ocasiones, logró marcar el 1-3 cuando corría el ’68. Fue Romero, que remató de cabeza a la salida de un córner. La afición del Fornás despertó porque creía que a falta de veinte minutos podía al menos intentarse la machada. Pero Juárez de nuevo tuvo la oportunidad de matar el partido con un taconazo que desvió la defensa en última instancia con Coronado batido. Los minutos pasaban y se desvanecían poco a poco las posibilidades de remontada. Rubén Suárez, que ingresó en el terreno de juego en el segundo tiempo, le dio mucho sentido y calidad al juego del Acero y sirvió de enlace con los atacantes aceristas.
En el ’85 el mismo Suárez botó un córner cerradísimo que remató de nuevo Romero rozando el larguero. Contestó el Paterna con el partido ya roto en el ’86 con un cabezazo de Gomis que también se marchó alto por muy poco. Y cuando parecía morir el partido llegó el hilo de esperanza. Se cumplía el ’87 y Sopeña se sacó de la chistera un disparo ajustadísimo al palo izquierdo de Xenxo desde el borde del área ante el que nada pudo hacer el arquero visitante. Era el 2-3 y restaba tiempo para intentar el empate. El Fornás se terminó de activar y los futbolistas se lo creyeron. El mismo Sopeña, con el tiempo reglamentario cumplido, hacía el empate a tres con un chut desde dentro del área que llevó al delirio a la afición porteña. Pero querían más. Quedaban unos minutos de descuento y todo era posible con un Paterna que estaba noqueado. Y estalló el estadio acerista en el ’93 con el gol de Clausí, rematando en el área pequeña. La celebración fue digna de una final y la comunión con la afición que en el primer tiempo les había exigido más ganas terminó de llevarse a cabo.
Oportunidad de oro perdida por el Paterna, que con la victoria que tenía prácticamente en el bolsillo gracias a su gran primer tiempo se hubiera colocado con los mismos puntos que el Acero. Ahora son seis de diferencia, además de la carga moral que comporta perder un partido de esta manera. La otra cara de la moneda, lógicamente, es para el Acero, que suma de nuevo una victoria en El Fornás como ya hiciera ante el Jove Español, cerrando con candado su estadio para que no se vayan más puntos. La próxima jornada, ya después del descanso navideño que nos dejará sin fútbol de Tercera una semana nos traerá como regalo de reyes el Crevillente-Acero y el Paterna-Jove Español.