El Club Deportivo Buñol, fundado en 1921, es uno de los clubes más históricos de la provincia de Valencia. Acostumbrado a competir en categorías modestas, este equipo ha vivido en la Copa del Rey los capítulos más brillantes de su historia reciente.
En un torneo donde las distancias entre gigantes y modestos pueden reducirse a noventa minutos, el Buñol ha demostrado que la ilusión y el trabajo en equipo pueden competir contra presupuestos millonarios. En los últimos años, el conjunto blanquinegro ha puesto contra las cuerdas a dos clubes de Primera División: el Elche CF y la Real Sociedad, dejando huella en todo el fútbol español.
Unn Preferente que hizo sufrir a un Primera
En la temporada 2020-21, el Buñol, entonces en Regional Preferente, se clasificó para la primera ronda de la Copa del Rey y fue emparejado con el Elche CF, recién ascendido a la máxima categoría.
El club soñaba con disputar el partido en su histórico Beltrán Báguena, pero las exigencias federativas de iluminación y seguridad lo hicieron imposible. Tras valorar varias opciones, finalmente el duelo se disputó en el campo 2 de la Ciudad Deportiva del Levante UD, muy cerca de Buñol, para que la afición pudiera estar presente y el partido fuera retransmitido por televisión.
El encuentro fue vibrante: el Buñol compitió de tú a tú, llegando incluso a adelantarse y manteniendo viva la esperanza de una gesta histórica. Solo en los minutos finales el Elche impuso su calidad para sellar un ajustado 1-2, dejando una mezcla de orgullo y nostalgia en un pueblo que había rozado la gloria.
La Real Sociedad, salvada por un suspiro
Tres años más tarde, en la edición 2023-24, el Buñol volvió a vivir una noche mágica. Esta vez el sorteo de la primera ronda de la Copa del Rey le emparejó con la Real Sociedad, uno de los equipos más potentes de la liga y habitual en competiciones europeas.
Para acoger el partido con las condiciones necesarias, se eligió el estadio Tomás Berlanga de Requena, que se llenó de aficionados buñoleros dispuestos a soñar. El plan de los de la Ribera Alta era claro: resistir, pelear cada balón y buscar un golpe sorpresa al contraataque.
Durante gran parte del partido, el Buñol logró lo impensable: mantener el 0-0 ante un rival que controlaba la posesión pero no encontraba espacios. La tensión se palpaba en la grada y la gesta parecía posible, hasta que en los últimos instantes la Real logró el tanto que le dio la victoria. El marcador final reflejó la derrota, pero el orgullo local se multiplicó: el Buñol había estado a solo unos minutos de una de las mayores sorpresas de la Copa.
Un legado de orgullo y pasión
Estos enfrentamientos no solo han marcado la historia deportiva del CD Buñol, sino que también han unido a todo un municipio. Cada participación en la Copa se ha convertido en una auténtica fiesta, movilizando a centenares de aficionados y situando a la localidad en el mapa futbolístico nacional.
Aunque el día a día del club transcurre en categorías modestas, las noches ante Elche y Real Sociedad han demostrado que el Buñol tiene alma copera. En la Copa, los presupuestos y las divisiones se difuminan, y un equipo de un pueblo de 9.000 habitantes puede desafiar a gigantes.