Cuando un club cede a un futbolista joven a otro conjunto siempre es con la finalidad de que tenga los minutos de competición que no tendría en su club de origen. Sin embargo, estos tratos no siempre llegan a buen puerto, ya que un jugador por el simple hecho de ser cedido no pasa a jugar automáticamente, sino que se tiene que ganar sus minutos como el resto.
Da Costa ha tenido problemas evidentes para hacerse un hueco en el once hasta el punto de que solo ha participado en ocho partidos
El pasado verano, el CD Eldense firmó a Mario da Costa, un prometedor extremo nacido en el año 2003 de origen andaluz. Tras cerrar su incorporación, decidió cederlo al filial del Atlético de Madrid para que se fogueara en el Grupo II de Primera Federación, una competición donde hay clubes de una entidad mayúscula como el CD Castellón, el Córdoba CF o la UD Ibiza.
No obstante, la cesión no fue como se esperaban ambos conjuntos. Da Costa ha tenido problemas evidentes para hacerse un hueco en el once hasta el punto de que solo ha participado en ocho partidos, cinco de ellos como titular. Sin embargo, cabe resaltar que en sus 366 minutos de juego ha sido capaz de ayudar al equipo marcando un gol.
ahora el CD Eldense ha de decidir qué hacer con el futbolista en los seis meses que restan de temporada
Así, ambas partes han decidido que lo mejor para todos era cortar la cesión. Da Costa, por su juventud, necesita vestir la camiseta de un equipo donde vaya a tener más minutos, aunque esto signifique que tenga que bajar de categoría. Por este motivo, ahora el CD Eldense ha de decidir qué hacer con el futbolista en los seis meses que restan de temporada.
No es nada sencillo firmar por un club, jugar cedido la mitad de la campaña en uno y después aterrizar en otro, pero en las etapas de formación es fundamental que los jugadores vivan las máximas experiencias posibles, y esto solo se consigue con minutos de competición.
