El Ontinyent 1931 atraviesa su mejor momento de la temporada y en el Mini Estadi volvió a comportarse como un equipo grande. La victoria por 0–1 ante el Villarreal C, rival de talento desbordante y uno de los conjuntos con más ritmo del grupo, fue para Roberto Bas un ejemplo perfecto de lo que está siendo la evolución del vestuario: solidez, compromiso y una fe innegociable en el plan.
«Bendito problema»
El técnico reconoció que el partido exigía “hacer exactamente lo que tocaba”. Para él, esta versión del Villarreal C es “la mejor de las últimas tres temporadas”, por lo que la visita obligaba a una madurez competitiva impecable. El plan era claro: bloque medio-bajo, cerrar esquinas, evitar superioridades exteriores y no conceder metros a un rival capaz de acelerar cualquier jugada.
El guion, sin embargo, se alteró pronto con el gol tempranero de Jorge Llopis en el minuto 6. Un tanto que condicionó por completo el desarrollo. “Es un bendito problema marcar tan pronto”, admitió Bas. La ventaja situó al equipo en un escenario diferente al que habían preparado: menos balón, más resistencia y un duelo psicológico que obligó a sostenerse bajo la presión constante de un Villarreal volcado.
Nada de eso desvió a la plantilla. Para Bas, lo verdaderamente relevante fue la fortaleza mental mostrada otra vez. Ya la semana anterior, tras el agónico empate ante La Nucía, el técnico aseguró que hacía tiempo que no veía al grupo tan convencido y tan dispuesto a todo. En Villarreal reforzó esa idea: “El futbolista cree, confía y está dispuesto a todo”.
Ocho jornadas sin perder
El Ontinyent 1931 suma ya ocho jornadas consecutivas sin perder y encadena actuaciones que evidencian un crecimiento estructural: el equipo compite, se ordena bien y sabe sufrir. El entrenador no quiere alimentar euforias, pero sí reconoce que el vestuario vive un momento especial: “A mí lo que me ilusiona es entrenar a este grupo, ver cómo trabaja y cómo convive. Eso es lo que me engancha”.
El parón liguero llega ahora como una pequeña tregua. No para desconectar, sino para rebajar tensiones y “respirar sin perder el ritmo”, en palabras del propio Bas. Después llegará otro desafío de altura: visitar al Atlético Saguntino en el Nou Camp de Morvedre.
