Seis partidos sin ganar suma el Ontinyent en su campo. Hoy cayó ante un Cornellà muy efectivo que contó sus ocasiones por goles; los de Parras estrellaron dos balones en el larguero en la primera mitad.

No tuvo hoy su tarde el Ontinyent en un partido desangelado por el escaso público asistente al coincidir con un destacado acto festivo en la ciudad y en el que tuvo pocas pero muy claras ocasiones. En un choque trabado en el que las defensas se imponían a los ataques, los visitantes buscaban transiciones muy rápidas con balones largos desde la defensa que pocas veces encontraban destinatarios. Los de casa intentaban llegar a zona de peligro con posesiones más largas pero  les resultaba imposible pisar con peligro el área rival.

Fue a balón parado como llegó la primera oportunidad. Sirvió una falta desde la derecha Tito y cabeceó, desmarcado, Juanan al travesaño con un Ramón ya batido. Transcurría la primera parte sin nada destacable en ataque cuando una letanía de errores en mediocampo acababa con un balón ganado en carrera por Agus a los centrales; se plantaba solo el ariete verde ante Craviotto y le batía en su salida. Cuando expiraba el primer tiempo otra más clara para los de casa, un centro desde la derecha volvía a ser cabeceado por Torres anticipándose a su marcador, el balón, de nuevo al larguero y con posterior bote para la discordia. Los ontinyentins reclamaron que atravesó la línea de gol, el colegiado dejó seguir. Con 0 a 1 todos a vestuarios.

Intentó de inicio el conjunto blanquinegro poner cerco a la meta rival y a los tres minutos la tuvo Henrique pero remató erráticamente muy lejos del arco. La entrada de Soler dotó de más profundidad por banda derecha y en una acción suya el balón le cayó en el área a Juanan que disparó cerca del palo. Los minutos pasaban y los verdes no sufrían en demasía para mantener la renta. Fue en el 33 cuando Felip, que hoy volvía tras su lesión de clavícula, cazó un rechace en la frontal para empalar raso y colocado a la cepa del poste…pero esta vez acabó entrando el balón. Por fin llegaba el gol. Pero poco iba a durar la alegría. En un sorprendente, inesperado y parabólico remate de cabeza el balón dibujó un imposible y se coló por encima de Craviotto ante la incredulidad general. El golpe ya no pudo ser superado para un Ontinyent que solo se acercó al gol en un remate de Torres que atajó Ramón. Ya en el descuento  el propio Torres reclamó penalti al caer derribado cuando buscaba el balón.

Un solo triunfo ontinyentí  en las diez últimas jornadas dejan al equipo a muy cerca de la zona de descenso.