Ovación final de la afición del Ontinyent que resume lo que fue el partido. Los de casa lo intentaron por todos los medios pero no encontraron el gol. Generaron las suficientes para lograr una cómoda victoria, incluido un penalti, pero solo les sirvió para sumar un punto. Foto: Ontinyent CF.
Poco más se puede hacer para ganar un partido; pero la realidad es tozuda, sin gol no hay triunfos. Y eso es lo que le pasó hoy al Ontinyent que cuajó uno de los mejores partidos de la temporada ante un Lleida que, caso de haber vencido, se hubiese proclamado campeón de invierno. Los de Parras estuvieron rozando la perfección en defensa dejando casi ineditos a dos de los mejores delanteros de la categoría como el pichichi Pedro Matín y Juanto Ortuño y muy activos en ataque generando muchas oportunidades.
El partido comenzó de la mejor manera posible, a los siete minutos un claro derribo de Pau Torres a Juanan era señalado como pena máxima. Entre Torres andaba el juego, ejecutó David a la izquierda de Pau y este adivinó, no solo para detener sino incluso para atrapar. Primera gran ocasión al limbo. El propio David se anticipó al primer palo para cabecear fuera poco después. En el 17 una buena jugada colectiva acababa con pase de la muerte de Tito que nadie acertó a rematar. En el 19, de nuevo, David Torres, muy activo siempre, lanzó alto desde la frontal. La primera parte transcurría a un alto ritmo con dos equipos que buscaban el área rival. También el Lleida tuvo varias llegadas pero fue incapaz de rematar con cierto peligro. El partido era bonito y de alternativas con un Ontinyent muy concentrado en todas las facetas del juego.
En la segunda mitad volvió a emerger la figura de Pau. Transcurridos 45 segundos un remate a bocajarro de Clausí lo sacó a una mano el cancerbero forastero. El dominio local era insistente. A un metro del arco del Lleida cabeceó alto Juanan. En el 60 una contra perfecta acaba con pase atrás de Tito y Torres no acierta a rematar. Después enganchó una volea Felip que aunque potente no encontró puerta. De sobras se merecía el gol. El Lleida solo tuvo un par de acciones de peligro, la primera en el 60, en una jugada con varios remates, el primero repelido por un defensor, el segundo de Cano sacado por Craviotto. Otra clarísima la tuvo Machado a doce del final. Le llegó un caramelito en forma de esférico pero con todo a favor empaló alto. El susto final lo puso Pedro, ya en el descuento se revolvió en la frontal pero su disparo salió alto.
Al final insuficiente empate para ambos, el Lleida queda segundo y el Ontinyent en descenso, pero, visto lo visto, los catalanes marcharon satisfechos con el punto y los locales conscientes de que jugando así, llegarán las victorias.
