El atacante de la UD Alzira, Mauro Melo, con sus 10 goles esta temporada, algunos de muy bella factura, está siendo uno de los jugadores más destacados de la Tercera División. Ese acierto en la portería rival, y sobretodo esa pasión por el fútbol, le viene de su padre, César Melo, destacado futbolista de Gandía que llegó a jugar en Segunda División.
Leyenda en el Gandía CF, delantero clásico de área, además jugó en el Mestalla, Alcoyano, Compostela, Yeclano, y en Segunda con el Salamanca con el cual logró ese ascenso al fútbol de plata. Y por supuesto también en la UD Alzira, en la temporada 1989-90, donde disfrutó de este deporte en el Luis Suñer, en ese mismo césped en el cual ahora su hijo Mauro está brillando y sueña con seguir los pasos de su padre.
“Los mejores recuerdos de mi padre son de Salamanca, allí fue pieza clave con sus goles para conseguir el ascenso a Segunda”
Le hemos pedido a Mauro que nos recuerde la figura de su padre, y él nos ha comentado lo siguiente: “Mi abuela me cuenta que mi padre siempre ha sido muy trabajador y comprometido con todo, pero siempre con el balón en los pies, siempre con el fútbol en la cabeza. Jugó toda la vida en el Gandía, hasta que se fue a jugar al Valencia Mestalla. Poco después firmó en Alcoyano y debutó en segunda B, donde jugó en equipos como el Compostela, el Gandía, el Yeclano y también en la UD Alzira. Donde mejores recuerdos guarda fue en su etapa en el Salamanca, donde consiguió ser una pieza clave con sus goles para conseguir el ascenso a Segunda A, categoría que también pudo disfrutar”.
Ambos han pasado por el vestuario del Suñer como local, su padre hace 30 años, y ahora él es pieza clave del conjunto blaugrana. Sobre la temporada 1989-90 donde César Melo formó parte de la UD Alzira su hijo resalta: “El equipo venía de descender de Segunda A, y el objetivo era volver a subir al equipo. Él consiguió ser un jugador importante y de los máximos goleadores del equipo, marcando 11 goles, aunque no consiguieron el objetivo de subir, obteniendo una séptima posición. En aquella temporada compartió vestuario con jugadores muy importantes de la historia de la UD como son Verdés, Serafín o Merino”.
El fútbol ha estado muy presente en la vida de la familia Melo. Así nos lo describe Mauro: “Cuando yo nací ya llevaba el fútbol en la sangre. En mi casa siempre se ha respirado fútbol ya que mi padre ha dedicado gran parte de su vida a disfrutar de él. Recuerdo de pequeño estar siempre jugando al fútbol con él, donde fuera, en un parque, en un campo de fútbol, en la calle, incluso en el comedor de casa (recuerdo que a mi madre no le hacía mucha gracia, pero no le hacíamos mucho caso). Recuerdo cuando de pequeño veíamos un partido, él siempre acertaba lo que iba a pasar. Cuando se retiró empezó a ser entrenador y yo siempre le acompañaba incluso a veces entrenaba con sus equipos, algunos de ellos tenían 5 o 6 años más que yo, cosa que me ayudó a mejorar muchísimo”.
Los padres suelen ser nuestros grandes consejeros, y en su caso, al contar con un futbolista profesional en casa no podía ser de otra forma: “Él siempre ha sido muy exigente conmigo. Recuerdo los viajes de vuelta a casa después de los partidos, charlábamos sobre como lo había vivido cada uno, él me daba su punto de vista, siempre mediante críticas constructivas pero apretándome las tuercas para seguir creciendo y que no me relajara. Ya podíamos ganar el partido 10-0, que siempre había cosas, detalles que mejorar. Creo que eso me ha llevado a ser el jugador que soy hoy, siempre en busca de conseguir dar un pasito más y no ser conformista”. Y confiesa Mauro: “no me gusta perder ni a las canicas”.
“Él era un jugador más de área, un delantero de los de siempre, un rematador nato. Yo en cambio soy más pequeño, quizás más rápido y me siento mejor tirando desmarques”
Ahora que él, Mauro Melo, ha conseguido llevar a cabo su carrera deportiva consolidándose como uno de los jugadores referentes de la Tercera División, su padre sigue a su lado: “Él siempre viene a todos los partidos, para mi verlo en la grada, tanto a él como a mi madre, siempre es tener un plus tanto de energía como de exigencia más. Son un apoyo fundamental”. Y recuerda lo que siempre le ha dicho desde pequeño: “¡CHUTA A PORTERÍA¡ Hay que chutar siempre, cuantas más veces mejor, siempre con la portería en mente, no te lo pienses y chuta. Quien no chuta no marca”.
¿Se parecen sobre el césped César y Mauro Melo? Los dos comparten el ser delanteros, pero su físico ha sido diferente, y eso ha provocado que su estilo también lo sea en el verde. Así lo explica el “7” blaugrana: “Mi padre era un delantero centro muy grande, que pese a tener una altura considerable contaba con un manejo de balón muy bueno, un jugador muy técnico con un buen dominio de las dos piernas.
Él era un jugador más de área, un delantero de los de siempre, un rematador nato. Por su corpulencia, y su buen juego aéreo pudo hacer muchos goles de remate de cabeza. Yo en cambio soy más pequeño, quizás más rápido y me siento mejor tirando desmarques a la espalda de la defensa, aunque también me gusta mucho pisar área”.
También le preguntamos a Mauro Melo por su presente, su gran rendimiento en el Luis Suñer: “Suena repetitivo porque siempre digo lo mismo, pero para mí Alzira es mi casa, siempre me han tratado muy bien, siempre me han hecho sentir muy importante y eso me da mucha confianza, que al final creo que es algo muy importante para seguir mejorando y creciendo. Este año hemos juntado un grupo de jugadores muy buenos, con una ambición y con ganas de crecer muy grande».
«Este año quiero conseguir de verdad ese ascenso para poder disfrutar de esa categoría como hizo mi padre con la UD Alzira”
El atacante de Gandía añade: «Se trata de un equipo que lo da todo, en cada acción, en cada entrenamiento, en todo, incluso jugando un rondo, todos quieren ganar, somos un equipo ganador y eso luego se ve reflejado en los partidos. Todo esto también es fruto del buen trabajo que realiza el cuerpo técnico, Pau desde el minuto uno nos inculcó ese gen ganador, esa necesidad de demostrar todo lo que somos capaces de hacer”.
El parón por el coronavirus ha frenado esa fantástica dinámica de la UD Alzira que le ha hecho colocarse segundo en la tabla de Tercera. El atacante gandiense analiza así la situación de su equipo: “Creo que este parón nos viene en el peor momento posible, pero el equipo está trabajando duro desde casa, siempre a las órdenes de Adri, el preparador físico, que es un auténtico profesional y está trabajando muy bien para que a la vuelta estemos como toros».
Uno de los futbolistas más destacados en este curso en Tercera asegura sentirse en un gran estado de forma: «Personalmente me encuentro en un momento muy bueno, tengo una ilusión muy grande por ver lo que es capaz de hacer este equipo y si puedo ayudar al equipo metiendo goles mejor que mejor. Esperemos que todo esto acabe cuanto antes, porque el equipo tiene ganas de volver a jugar y ver hasta donde somos capaces de llegar».
Por último, Mauro Melo nos confiesa su gran sueño que persigue y desea cumplir en los últimos meses: “Ya jugué una Promoción de Ascenso a Segunda B, y este año quiero conseguir de verdad ese ascenso para poder disfrutar de esa categoría como hizo mi padre con la UD Alzira”.