La UD Castellonense regresa a la competición tras el descanso por la Copa de las Regiones instalada en un momento de forma histórico. El equipo llega a la jornada 13 con nueve victorias consecutivas, solo tres goles encajados en los últimos nueve partidos y el estatus de bloque más fiable y reconocible del Grupo VI. A pesar del ritmo demoledor, el conjunto blanquinegro solo mantiene un punto de ventaja sobre el Atlético Saguntino, lo que convierte la reanudación del campeonato en un nuevo examen para un líder que compite con una madurez de categorías superiores.
Una racha que sostiene un proyecto sólido
El Castellonense ha encontrado una identidad que explica su ascenso competitivo: intensidad, equilibrio, ambición y una lectura del juego cada vez más madura. La diferencia entre el arranque —seis goles encajados en las tres primeras jornadas— y lo que vino después —solo tres en las nueve siguientes— refleja un crecimiento estructural que ha colocado al equipo como referencia absoluta del grupo.
El ataque mantiene el mismo nivel. Con 23 tantos, es el conjunto más goleador del campeonato, sostenido por un rendimiento coral y por la precisión de Germán Lidón, máximo anotador del equipo con seis goles, cinco de ellos desde el punto de penalti. No es un equipo de nombres propios, sino de ejecución colectiva.
El parón no rebaja la exigencia. El Castellonense recibe ahora al Villarreal C, un rival herido tras dos derrotas consecutivas y obligado a puntuar para no salir de la zona de play-off. Un duelo perfecto para medir si el líder mantiene la velocidad de crucero que lo ha colocado en lo más alto. El ritmo ya lo demostró antes del parón: ahora toca comprobar cuánto tiempo se alargará la racha.

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